Cuidado, que viene el lobo.
Desde que somos pequeños, a través de los cuentos populares o frases hechas, hemos interiorizado una imagen negativa de los lobos, símbolo de peligro, maldad y concupiscencia. La fama de este animal es tal que ha sobrevivido al exterminio sistemático de su especie en muchos países y ha dado lugar a una de las criaturas mitológicas más populares, los hombres lobo, presente incluso en latitudes en las que nunca han existido lobos.
¿Nunca os habéis preguntado a qué se debe? Jorge Fondebrider sí, y de su fascinación por este tema nace Historia de los hombres lobo, en la que recoge leyendas y textos de toda índole (filosóficos, religiosos, literarios, científicos, antropológicos, legales, periodísticos) para contarnos los orígenes de este imaginario colectivo que perdura hasta nuestros días. En un ensayo bien hilado y bien fundamentado, se retrotrae hasta la Antigüedad clásica, donde el lobo era considerado un vulgar chucho, y nos cuenta qué acontecimientos llevaron a transformarlo en el terrible enemigo del hombre, para acabar su viaje en la actualidad, en la que el hombre lobo sigue teniendo una relevancia significativa en la literatura y en el cine.
Gracias a la selección de textos —muchos de ellos, por primera vez en castellano— y a las explicaciones de Jorge Fondebrider, comprobamos cómo, en occidente, la visión de los hombres lobo —tanto pagana como religiosa— ha ido variando con el paso de los siglos. Han pasado de ser tratados como deidades o nexo de unión entre los humanos y las fuerzas del mal, a ser vistos como simples enfermos mentales.
A mí siempre me ha llamado la atención la forma en que las supersticiones moldean una sociedad y cómo esos miedos se traspasan de generación en generación, volviéndose aún más irracionales que en un principio y con consecuencias dramáticas. Lo que no existe también tiene efectos reales, y si no, que se lo digan a las 30 000 personas que fueron procesadas en Francia durante los siglos XVI y XVII, acusadas de licantropía; a todos aquellos que fueron torturados por la Inquisición por ser considerados hombres lobo; o a su uso recurrente como chivo expiatorio para dar respuestas a esos crímenes irresolubles que ocupaban la primera página de los periódicos.
Hoy en día, pese a milenios de folclore, la simbología que asociamos a los hombres lobo se corresponde a la que el cine ha incorporado en las últimas décadas. Es una pena que todo el esoterismo y la superstición que se gestó alrededor de esta figura sean desconocidos por la mayoría. Historia de los hombres lobo pone a nuestro alcance siglos de miedos y acusaciones basados en este monstruo, uno de los de mayor trascendencia en nuestra cultura, y es la opción ideal para acercarnos de nuevo al mito y descubrir todas sus caras. Después de su lectura, cuando volváis a oír uno de esos cuentos en los que aparecen como villanos, ya no los veréis con los mismos ojos. Y es que el lobo no es tan fiero como lo pintan.