Título: Historia de un canalla
Autora: Julia Navarro
Editorial: Plaza & Janes Editores
Páginas: 864
ISBN: 9788401016950
He leído todo lo que Julia Navarro ha publicado, todo, sin excepción. Desde aquel primer libro titulado La Hermandad de la Sábana Blanca, en el que asomaba ya una escritora bastante formada que se movía bien en el terreno de la novela histórica con buenas dosis de intriga, pasando por su segundo y tercer libro, La biblia de barro y La sangre de los inocentes; pero indiscutiblemente se ganó al público y a la crítica, ya casi sin fisuras, en Dime quien soy, libro con el que aparecen ya los incondicionales de la autora. Gustándome ese libro, y disfrutando de él, sabía que aún habría algo de Julia que estaba por llegar. Y llegó, con Dispara yo ya estoy muerto. Me interesó la historia y funcionó en los planos de novela histórica en los que tan bien se mueve pero sobre todo descubrimos a una Julia Navarro mucho más literaria.
Y cuando parece que su camino ha de seguir por los derroteros de la novela histórica desarrollando esa forma más literaria y dotando a los personajes de mayor profundidad, nos sorprende con esta Historia de un canalla. Una novela en la que abandona toda esa trayectoria y se mete de lleno en una historia de corte psicológico en la que el protagonista, Thomas, al ver que la muerte le ronda piensa cómo habría sido su vida, y la vida de todos aquellos que le han rodeado, de haber sido y actuado de forma distinta. Para ello hace una retrospectiva de su vida en dos planos, el que fue, y el que pudo o debió ser.
El libro ya es claro desde su inicio, nos vamos a encontrar de cara con alguien que se define claramente:
“Soy un canalla y no me arrepiento de serlo.
He mentido, engañado y manipulado a mi antojo sin que me importaran las consecuencias.
He destruido sueños y reputaciones, he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que quisieron ayudarme.
He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que podrían cambiar lo que soy.
Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer.
Esta es la historia de un canalla. La mía….”
La historia comienza con los primeros recuerdos de la infancia y las relaciones familiares de este “canalla”, por el que en ningún momento llegas a sentir ningún cariño, ninguna empatía. Malo, malísimo desde la cuna. Hasta terminar siendo un afamado hombre de negocios que divide su vida entre Londres y Nueva York, y como no podía ser de otra manera la autora nos regala un par de viajes a España. Y todo ello desarrollado desde los años ochenta hasta la actualidad.
¿Qué pretendía Julia Navarro con esta novela y este cambio de registro? Yo diría que en este nuevo libro sale la parte más periodística de Julia Navarro, quiero decir que entiendo que prevalece la parte en la que se ocupa de hacernos ver problemas sociales que a ella le interesa que queden sobre la mesa para el debate. El machismo y la violencia de género que sobrevuelan sobre todas las actitudes de este canalla ¿Canalla? Dice el diccionario que la palabra “canalla” se aplica a la persona despreciable y de comportamiento malvado. Intuyo que Julia ha sido demasiado comprensiva catalogando de canalla quien debería definir directamente como criminal.
Y sin lugar a dudas otro de los temas estrella de este libro será la capacidad que tienen los medios de comunicación a través de determinadas campañas para manipular o torcer directamente la voluntad de las personas individuales, pero también de las masas sociales. Ahora que parece que vuelven a estar de moda ciertos populismos, la autora quiere mostrar cómo se puede crear un candidato partiendo de la nada… Y el dinero.
Es probable que, como a mí, esa forma machacona de revisar cada acto de su vida llegue a ser un poco cansina para el lector, agota, de forma que pareciera que podrían suprimirse muchas páginas del libro, de hecho, algunos lectores me han asegurado que se han saltado muchas de esas revisiones en cursiva, sin que por ello les haya desmerecido en nada la novela… Ya ven, los incondicionales de Julia Navarro lo perdonan todo, todo, todo.
Susana Hernández
La novela histórica está muy bien, vale, ¡pero! Sin embargo, éste, después de leerte me interesa incluso más que los otros. Puede estar bien el enfoque, y todo lo que cuentas sobre los medios de comunucación, que al fin y al cabo, en esto seguro que sabe de lo que habla.
Voy avisada de la parte cansina de esas revisiones de conductas, aunque, ¿no pasaba eso un poco también con Dostoievski?
Hola, Icíar!
Pues verás, no suelo puntuar los libros ni decir si es mejor o peor que otro, bien lo sabes, pero creo que sus dos últimas novelas habían llegado a un muy buen nivel, concretamente Dispara, yo ya estoy muerto, era sin duda su mejor trabajo, aunque menos recordada por sus incondicionales que Dime quien soy, mucho más emotiva porque forma parte de la historia de nuestro país. Pero esta, a la que tu puedes llegar sin estar condicionada por el resto de sus obras, es probable que la disfrutes más y mejor. Eso sí, también seguirán sobrándole unas cuantas páginas.
Un abrazo!
Estoy de acuerdo con la parte agotadora del libro ,esto nunca lo había experimentado con esta escritora,ya he leído todos sus libros y he de reconocer que todos ,a excepción de este último ,me han encantado. Estoy muy de acuerdo con la temática planteada en esta última novela pero lo agotador y las ganas de brincarse algunas partes son sensaciones que no disfruto al leer.
Poco que añadir, es cierto que se hacen cansinos y repetitivos los “si hubiera…”, creo poco o nada aportan nada a la novela, pero sé , porque muchos lectores me lona ratificado, que hubiesen preferido que no estuviese y no sentir que esa parte la habían leído de “forma trasversal” (vamos que muchos se la han saltado sin más) jajaj que es otra forma de decirlo
Un abrazo!
HoLa.! Yo soy una de las que saltó esos “si hubiera. …” es lo único que no me ha gustado del libro. Por lo demás, me ha gustado mucho. “Dime quien soy” me encantó y con ” dispara yo ya estoy muerto” sufrí tanto que no pude terminar de leerlo. No se, si por que me cogio en una epoca un poco sensinble… aunque lo tengo pendiente. El caso es que me gusta mucho Julia Navarro.
Un saludo!
Es una de las cosas que tiene esta autora, que es capaz de emocionar a través de sus personajes, y eso hace que nos enganche su lectura. Deberás acabarlo, seguro que la lectura completa te reconforta del sufrimiento al leerlo.
Un fuerte abrazo!