Historias de la palma de la mano, de Yasunari Kawabata
Kawabata une la tradición japonesa y la modernidad occidental en una colección de relatos tan breves que cabrían en la palma de la mano.
A lo largo de su carrera, Yasunari Kawabata escribió algunas de las más importantes novelas de la literatura japonesa contemporánea, como La casa de las bellas durmientes o El país de la nieve. Por libros como estos fue galardonado en 1968 con el Premio Nobel de Literatura; la primera ocasión en la que se le concedía a un escritor nipón.
Al margen de su producción novelística, durante toda su vida Kawabata escribió cientos de breves relatos, historias tan pequeñas que cabrían dentro de la palma de la mano. Así los llamó: Historias de la palma de la mano. Con el tiempo, a pesar del éxito de sus novelas, estas minúsculas composiciones, tan breves que no da para llamarlas cuentos, se convirtieron en sus obras más queridas: “en ellas vive el espíritu poético de mi juventud”, afirmaba.
Las Historias de la palma de la mano son la muestra más personal y libre de la escritura de Kawabata. En ellas se unen la tradición literaria nipona y la modernidad de las técnicas narrativas occidentales, superando un conflicto entre dos épocas que Kawabata vivió plenamente y en el que tuvo una participación activa como integrante del grupo de intelectuales que impulsaron la apertura de Japón.
Estos relatos, cargados del lirismo y la sensualidad que el lector occidental busca en todo lo que le llega de oriente, toman la forma de un apunte, de un esbozo inacabado. Con un tono íntimo, de reflexión o de confidencia, construidos a partir de un hecho cotidiano e intrascendente, o de un sueño, giran alrededor de la soledad, el deseo, la muerte o la vejez. Son a la novela lo que el haiku a la poesía.
A pesar de su carácter fragmentario, leídos juntos no sólo nos permiten apreciar la evolución personal de Kawabata y de todo Japón (desde el conflicto cultural de los años veinte al pesimismo de la posguerra, en los cincuenta), sino que, como sucede al hojear distraídamente el álbum de fotos de una familia desconocida, crean una sensación de conjunto en la que se atisba una premonición de algo que nunca llega a revelarse por completo.
No me extenderé más. Poco provecho habría sacado yo de Historias de la palma de la mano si hubiera necesitado una reseña larga para recomendar unos relatos que, como casi todo lo hermoso y delicado, caben en la palma de una mano.
Javier BR
javierbr@librosyliteratura.es
Andaba yo intrigada por lo corta que veía esta reseña… Misterio resuelto jejje
Ahora solo me queda leer a esta Señora que seguro que es buenísima.
Un saludo!
¿Llegará el día que diga que no a alguna de las obras que reseñas??? Te voy a poner en la lista negra, que libro del que hablas, libro que me apunto, jajaja. Estoy empezando a leer libros de la literatura japonesa, y por ahora, lo que llevo leído me está gustando. Así que esta obra no va a faltar en mi lista de futuras lecturas.
Besotes!!!
Tengo este libro y me encanta, la verdad aun no lo he terminado, pero siempre vuelvo a la narracion en la que me quede y avanzo. Desde que lei La casa de las bellas durmientes, fue el descubrimiento de un mundo literario. Me gusto mucho su reseña, para este libro que me confirmo que Kawabata tiene el donde la elegancia a la hora de escribir ademas, es como un viaje en el crecimiento del escritor narracion a narracion. Saludos.
¡Estupenda reseña! Le dejaré un Link en Lo mejor de la quincena, saludos.
escrito por Margarita , julio 01, 2011 ¿Llegará el día que diga que no a alguna de las obras que reseñas???
Tal cual… te lo digo en argentino: “ponete las pilas!!” ¿Siempre hacés lo mismo, nos das ganas de leer tus reseñas, che! ^^
Me pareció interesante que tu reseña de hoy sea corta, teniendo en cuenta el estilo del libro. Me gustan esos guiños con los lectores.
A mí, por ahora, no me gusta la literatura de aquellas tierras, (Salvo Seda) me aburre, me aburre lo que roza lo onírico… en fin, la poesía tampoco me gusta, pero bueno, tal vez no sea mi etapa, o tal vez, tengo derechos señor presidente, simplemente me atrae más la narrativa, no?
Saludos!
Detecto una cierta ironía en tus palabras, Susana, jeje. Es cierto, mis comentarios son largos, a veces en exceso. Después de leer un libro hay tantas cosas que me gustaría compartir… si te sirve de consuelo, le primer borrador de cada reseña suele ser mucho más extenso que la versión final con la que os suelo castigar.
Espero que no me pongas en la lista negra, Margarita, lo sentiría mucho; tus comentarios son una de las mejores recompensas por escribir estas humildes reseñas.
Haré propósito de enmienda: os prometo a Susana y a ti que mi próximo comentario será malo (más aún que los demás) y breve, jaja.
En serio, desde hace años leo algo de literatura japonesa de vez en cuando, el contraste con la narrativa occidental es grande y se agradece cambiar de punto de vista cada cierto tiempo.
Gracias por tu comentario y un saludo.
Este es uno de esos libros apropiados para ir leyendo poco a poco, al menos yo lo leí así. Y creo que has resumido el libro mucho mejor que yo: es elegante y además es un viaje por la evolución del autor y de su entorno. Muchas gracias por tu comentario.
Muchas gracias por incluir la reseña en tu selección de la quincena. La consulto de vez en cuando y es un auténtico honor. Saludos.
Por supuesto, estás en tu derecho a aburrirte con la literatura oriental, Roberto. Y si te aburre, lo mejor es no leerla. Pero también te comento que suponer que toda la literatura japonesa es igual es como pensar que Borges, Aira, Cortázar y Piglia son parecidos. No todo es lirismo en el país del sol naciente.
Y respecto a la poesía, yo la leo poco, pero algunas obras son magníficas. Y si no, visita la página de Margarita (su comentario está más arriba y tiene un link) y encontrarás en ella poemas sorprendentes.
Muchas gracias por tu comentario, Roberto. Es estimulante que te ofrezcan puntos de vista diferentes y que podamos debatir.