Ya no recuerdo si os he contado que cuando yo era pequeña mi tía tenía una librería. Puede que sí, son ya muchas reseñas contándoos mis batallitas. En cualquier caso, me encantaba perderme por aquel pasillo estrecho (y que recuerdo más largo de lo que en realidad era) y enredar con los libros que había por allí. En casa de mi tía había un libro que me fascinaba y que debía ser de mi prima y supongo que venía de la librería. El libro en cuestión tenía un cuento para cada día del año. Me parecía súper original. Además, como no era mío y no podía disfrutar de él durante el resto del año, aprovechaba cada vez que iba para leer todos los cuentos posibles de una vez. El primero siempre era el del día de mi cumpleaños.
Toda esta historia inicial tiene un sentido, no os vayáis a pensar. Resulta que Historias para todo el año es el libro más parecido que he encontrado a aquel recuerdo ya nostálgico de mi infancia y en cuanto lo vi supe que tenía que hacerme con él. Son cosas de la edad, ¿verdad? Que nos gusta regodearnos en nuestra tierna infancia.
Historias para todo el año no es igual que aquel libro porque no tiene trescientas sesenta y cinco historias, pero sí que tiene varias historias para cada mes. Un total de cincuenta y dos cuentos y leyendas conforman este bonito libro. No está mal, ¿no? Así me obliga a no a hacer trampas como cuando era pequeña y leía un montón de historias de golpe. Autocontrol. Eso sí, ya os digo yo que he tenido que hacer trampas, porque si no, no llegaba a tiempo para poder hacer esta reseña. He vuelto a pecar, oh, lectores.
Este libro es una monada. Ya solo la portada llama la atención con sus geniales ilustraciones y coloridos, pero os aseguro que el interior del libro guarda un montón de originales y cuidados dibujos que acompañan estas historias.
Otra de las cosas que me atrajo de Historias para todo el año es que en él no aparecen los típicos cuentos que todos conocemos. En este libro, Angela McAllister, su autora, ha elaborado una selección y adaptación de cuentos y leyendas de todas partes del mundo, creando un libro verdaderamente atípico y original.
Sí, he vuelto a hacer lo primero que hacía de pequeña, y las primeras historias que leí fueron las del mes de julio, el mes de mi cumpleaños. ¿Mi favorito de ese mes? La tejedora y el pastor de bueyes, un cuento japonés.
Como os decía antes no es el típico libro de historias y cuentos que todos conocemos. Yo no conocía casi ninguna de las historias que en él aparecen. Cuentos rusos, coreanos, japoneses, polacos, griegos y de todo el mundo. Cuentos y leyendas originales, de esas que nos hacen pensar, que nos transportan a otros mundos.
Historias para todo el año es un libro que regalaría y aconsejaría a todo el mundo, porque a todos nos gusta leer sobre historias bonitas y leyendas lejanas, ¿no es así?