Historias Phantasticas

Reseña del libro “Historias Phantasticas”, de VV.AA.

Historias phantasticas

No tengo muy claro el concepto de literatura de género o esa que dicen «alternativa», quizás porque es difícil de encasillar; pero como lectora cada vez más adicta a las historias que se catalogan de esta manera, puedo decir que les gusta definir los límites de mi imaginación. Esa que creía ilimitada. Y dar con un buen libro de relatos de este tipo es como entrenar las neuronas en un gimnasio de lujo para expandir la mente. Ediciones El Transbordador ha hecho bingo con Historias Phantasticas. De un bombo repleto de fantasía, ciencia ficción y terror ha completado un cartón de autores de lo más variado y dignos de mención: Elia Barceló, Patricia Richmond, Virginia Orive de la Rosa, Gloria T. Dauden, Neus Martín de Vidales Ortiz, Juan Luis Muñoz Villar, Miguel Rojo, Johan Paz, Daniel Badosa Moriyama, Andrés Barrera García, Miguel Ortega Hiraldo, Gloria T. Dauden y Juan Antonio Romera Cabrerizo.

Comencé el libro con la firme intención de leerme un relato al día, justo antes de ir a dormir, pero me ha resultado imposible. A pesar de ser muy distintos, la intriga y el morbo que me generaba uno me hacía continuar con el siguiente. A la hora de dormir se metían en mis sueños y seguía rumiándolos en el desayuno, cavilando entre galleta y galleta qué pasaría si la fantasía dejase de serlo. Las historias parten de una base tan realista que, cuando te la crees, la ficción —a veces bruta y violenta, otra más elegante— te pilla de sopetón y te entran las dudas. Surge de lo más natural, como si así hubiese sido siempre y nuestro mundo estuviese equivocado.

Porque quién no ha sabido de un pasado turbio, de trasplantes o hecho una visita de rutina al oftalmólogo. Lo normal se vuelve siniestro cuando la vida, la identidad y hasta la cordura está en juego. Pacientes psiquiátricos, monstruos, llamadas a la puerta en mitad de la noche que te ponen los pelos de punta, ideas incómodas que alguien se encarga de recolectar con una moraleja que resulta una estupenda crítica social. En estas páginas se palpan deseos y temores llenos de de ansia, de éxito, de anhelos, codicia, traición y venganza. Personajes de otras épocas, héroes que no lo son tanto, brujas, un rey expuesto y dispuesto a revelar la naturaleza humana, amantes misteriosos e imposibles que hacen que se te pliegue el corazón; naves que filosofan mientras navegan por el espacio y un inesperado apocalipsis lleno babosas gigantes que provocan horror al tiempo que te hacen sonreír y cuestionarte tu propio juicio.

Historias Phantasticas no es solo lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Cuando se juntan muchos relatos siempre caben las comparaciones, por eso me ha sorprendido la calidad de todos y cada uno de ellos. Ignoro si es fruto de una selección, pero en ningún momento he tenido la impresión de que se hayan incluido con calzador. Aunque partan de ingredientes tomados de la fantasía, la ciencia ficción y/o el terror te hacen sentir cosas muy diferentes de formas muy originales. Al punto de pensar qué se habrán tomado antes de escribirlo para pedirlo también. Y es que cuando se tiene, se tiene. Da gusto saber de tantos autores que lo valen.

No es sencillo introducirse en los sueños de la gente, y esto me ha ocurrido no una vez ni dos. Si bien los sueños se montan su propia historia, que queda en el plano personal, la sensación, ese regustillo que se queda en el punto final, prevalece. A veces no es solo angustia o lo atractivo por lo desagradable, también tiende hacia lo positivo. Adoro las críticas sociales encubiertas y bien encajadas, la gente pitiminí que espabila con la presión adecuada y te da la sorpresa, la esperanza que destilan algunos relatos, las vueltas de tortilla, los «chúpate esa» y las idas de olla en general. Aquí no hay clichés, no es posible que te dejen indiferente.

Una vez más, El Transbordador nos transporta a otros mundos y hace que salgamos de nuestra zona de confort. Apostando siempre por la calidad literaria y la imaginación. Un viaje recomendado para todo aquel que desee vivir Historias Phantasticas que no encontrará en otros lugares, ni aunque lo intente. Si eres uno de esos lectores aventureros, dispuesto a ponerte el sombrero, las botas altas y a lo que venga, te recomiendo que te abroches el cinturón. ¡Buen viaje!

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