Hollywood, de Charles Bukowski
Hollywood. Es más que glamour, gente bella, alfombras rojas, premiaciones, rumores, etc. Puede que la mayoría de las cintas no se suba a la ola de las grandes productoras y se vea limitado a un presupuesto pequeño. Me encanta ver las películas, analizarlas con mi mejor amiga y tengo una profunda admiración a todos aquellos que se dedican a trabajar en esa industria. Y personalmente, los guionistas se merecen mis más profundos respetos. Yo misma lo tengo como mi sueño no confeso (hasta ahora), el convertirme en una. Hasta que me interioricé con libros relacionados al tema, programas para la computadora y por eso, quise devorar Hollywood de Charles Bukowski.
Chinaski es escritor. En su vida se cruza un amigo, también director de cine, que quiere que haga un guión que él se encargará de llevar a la pantalla. A regañadientes, Chinaski accede, un poco empujado por su esposa Sarah. A partir de aquel momento, Chinaski tendrá que lidiar, aunque lo hace con cierta indiferencia, con una industria que maneja sus propios tiempos, sus particulares códigos y personajes extravagantes.
En primer lugar, Bukowski nos descubre el proceso de escritura, levemente. No ahonda en el momento, sino en las relaciones con aquellas personas involucradas en el proyecto para que consiga la producción necesaria mientras comienzan a presionarlo aún cuando confían en su trabajo. Así nace el guión para un film sobre un borracho.
Lógico, prosigue la pre producción y con ella, las idas y vueltas en las producciones de Hollywood. Presupuestos que se achican, requisitos especiales de quien debe dirigir y actuar, antiguos permisos que no permiten continuar con el trabajo. Claro, las múltiples llamadas con cancelaciones que no lo son, al fin de cuentas.
Durante la producción se suma la re-escritura del guión, por los pedidos de los actores, los cambios sugeridos por productores y los amigos excéntricos que dan vuelta alrededor de Chinaski, que todo parece calmarlo con una buena copa de cualquier bebida alcohólica que se le cruza.
Bukowski, con esta novela, resume el ir y venir de aquellos que gestan la película en primera instancia. Aunque es un proceso que implica múltiples individuos comprendiéndose mutuamente en sus puntos de vista, la materia prima es el guión y es quien los escribe que deja su obra en las manos de otras personas para darle vida. A través de una pareja que se inmiscuye en Hollywood por casualidad, la industria del cine se desnuda como una película en sí con sus personajes, sus escenas, sus ambientaciones, sus diálogos.
Se lo reconoce como un mundo con personas complejas y hábitos extravagantes. Pero también llena de creatividad, con talento que se une para crear una última obra de arte que se proyecta para entretener a miles de personas alrededor del mundo. Bukowski es crítico a través de un libro entretenido y al fin de cuentas, él sólo quiere escribir. Y el guionista, lejos del glamour de las celebridades, se refugia en su escritura y ese mundo es sólo un momento en su vida.
En la última entrega de los Academy Awards, el guionista David Seiler, ganador del Oscar a Mejor Guión Original por El discurso del Rey, cuando se subió al escenario comenzó diciendo: “ El discurso de un escritor, esto es aterrador”. Esas palabras quedaron grabadas en mi cabeza, al entender que los guionistas aman la escritura y por ello, deben enfrentarse a las idas y venidas de Hollywood, de ese lugar al que Bukowski nos presenta en su libro. Y lo hace tan cual uno se lo imagina.
Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)
Me gustó tu reseña, como me imagino que a vos te habrá gustado el libro, teniendo en cuenta tus ganas de ser guionista; me suena a una profesión muy poco valorada, ya que son los más importantes, pero los menos vistos o famosos o tal vez pagados en la estructura de una película: un abrazo!