Seguro que más de una vez, viendo las noticias sobre el cambio climático o a la gente conduciendo en las rotondas, te has preguntado cómo es posible que los seres humanos nos consideremos los animales más inteligentes. ¡Si estamos destinados a autodestruirnos! Pues Humanos, de Tom Phillips, viene a consolarte. Según su autor, «no te angusties, siempre hemos sido así. Y, oye, ¡aquí seguimos!».
Humanos es una forma diferente de hacer un repaso a la historia humana, pues se centra en nuestras mayores pifias. Visto lo visto, la selección ha debido ser complicada, pero Tom Phillips ha hecho un gran trabajo y las ha ordenado en diez capítulos. Para que te hagas una idea del tono del libro, solo tienes que ver los títulos y los contenidos.
El primer capítulo es «Por qué tu cerebro es idiota», porque para entender cómo somos capaces de semejantes meteduras de pata, primero tenía que explicarnos el funcionamiento del cerebro y su afán de dar sentido al mundo. Tom Phillips menciona a menudo el efecto Dunning-Kruger o el pensamiento en grupo, conceptos que yo conocí gracias al libro Introducción a la psicología en viñetas, de Grady Klein y Danny Oppenheimer, pero sus consecuencias nunca dejan de sorprenderme.
En el segundo capítulo, llamado «Qué buen entorno tenéis aquí», el autor nos cuenta por qué algunos expertos han considerado la agricultura un error descomunal, origen de los grandes males de la humanidad, como las hambrunas, las guerras y las tiranías. Reconozco que nunca lo había visto desde ese punto de vista. Lo que ya no me sorprendió fue la siguiente idea que desarrolla en el este capítulo: los humanos destrozamos todos los lugares donde vivimos, y enumera unos cuantos ejemplos que lo demuestran, por si hay alguien a quien le quepa alguna duda.
El capítulo tres es «La vida se abre paso, o algo así», y Tom Phillips nos cuenta una buena retahíla de catástrofes que ha provocado el ser humano por subestimar la naturaleza.
En el cuarto, «Seguid al líder», repasa a los autócratas más incompetentes y estrafalarios que han dirigido imperios y países. Y, en serio, la realidad supera la dicción. Algunas distopías parecen cuentos de hadas al lado de estas historias. Aunque en el quinto, «El pueblo al poder», dedicado a la democracia, nos damos cuentas de que, si un solo humano es peligroso, cuando algo depende de la decisión de millones de ellos, la cosa no siempre mejora y hasta un perro o un desodorante en polvo pueden salir electos.
Si hablamos de las mayores pifias de la humanidad, no podía faltar el capítulo «Pero, oye, la guerra ¿para qué servía?», donde conocemos algunos de los conflictos más absurdos, y «La megafiesta chupiguay del colonialismo», donde el autor defiende que, se mire por donde se mire, el colonialismo fue un desastre. Y en el octavo capítulo, «Manual de la diplomacia para tontos y/o presidentes en ejercicio», sigue contándonos los desastres que se cometen cada vez que dos culturas entran en contacto.
La ciencia, por supuesto, no se libra de aparecer en las páginas de Humanos. «Qué mierda de tecnología» repasa los errores más catastróficos del siglo XX, con mención especial a un hombre que tiene el dudoso honor de haber sido denominado la mayor «catástrofe ecológica unipersonal». Y en el décimo capítulo, «Breve historia de no verlas venir», Tom Phillips nos recuerda nuestra incapacidad para predecir las cosas horribles que están por pasarnos. Por si este último capítulo no nos levanta el ánimo, queda el epílogo, «Jodiendo el futuro», en el que Tom Phillips, una vez hecho el repaso de lo que es capaz la estupidez humana, reflexiona sobre lo que nos depararán los próximos siglos.
Gracias a la forma en la que Tom Phillips nos relata la historia, Humanos es un libro divertidísimo, pero también nos deja la indignación metida en el cuerpo, porque por ambición, desidia o simple idiotez, los seres humanos somos capaces de cometer cualquier tipo de barbaridad contra nuestro entorno y contra nosotros mismos.
Quizá, si habláramos menos de nuestros logros y prestáramos más atención a nuestro historial de pifias, dejaríamos de cometer los mismos errores una y otra vez. Humanos es una breve historia de cómo la hemos pifiado, pero ojalá también se convierta en un toque de atención para remediar lo que aún está en nuestras manos.
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