Humanos que me encontré

Humanos que me encontré, de Jordi Sánchez

humanosSi ahora mismo decido salir a la calle y preguntarle al primer español que me encuentre quién es Jordi Sánchez seguramente no sabrá qué responderme; si luego le muestro la tapa de este libro y observa la fotografía, tal vez lo reconozca, quizás no; ahora, si le digo que Jordi Sánchez es el actor que personifica a Antonio Recio en el programa de humor La que se avecina, entonces casi todos sabrán de quién estoy hablando; acto seguido preguntarán algo así como ¿Pero también se dedica a escribir libros?

Y la respuesta será que sí, que Jordi Sánchez no solo es actor, sino que además es diplomado en enfermería, guionista y escribió un libro de relatos y anécdotas que acaba de publicar Ediciones B. Hay vida más allá de la televisión.

 

En Humanos que me encontré, nos encontramos con decenas de relatos cortos que abarcan la infancia, la adolescencia y la madurez de este gran humorista que dejó su carrera para cumplir el sueño de ser actor; ironía y picaresca se entremezclan en cada una de las historias a través de las cuales podremos conocer la relación con su padre (muy parecido al Antonio Recio bruto, discriminador, falto de tacto y de ideas liberales) y sobre todo con la sociedad pacata de los setenta, en la que se perciben amigos y vecinos cotillas, egoístas, envidiosos y que en nada difieren a los personajes surrealistas de La que se avecina.

Escritos casi en forma de monólogos pero a la vez con muchos diálogos, los relatos de Jordi Sánchez poseen gran dosis de humor, aunque desde mi punto de vista pierden fuerza en el formato libro, donde el humor negro, bruto y discriminatorio termina resultando chocante y por momentos fuera de lugar. No tengo dudas de que si las mismas historias que posee el libro las viera en televisión, me reiría mucho más. De todas formas no resulta difícil leer el libro sin imaginarse mentalmente las escenas como si de guiones de La que se avecina se trataran, aunque ninguno de los personajes de la serie se encuentren en el libro.

Humanos que me encontré es, entonces, un buen libro, con mucho humor ácido e irónico y que, dependiendo del estilo de cada lector, nos puede deparar buenos momentos de sonrisas, ironías y anécdotas absolutamente alocadas.

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