¡Acabad ya con esta crisis!, de Paul Krugman
¡No estaba equivocado! Contrarrestar los efectos de esta crisis, no pasa solamente por ser un lince en materia económica (no hay más que ver cómo nos van las cosas), que va. También requiere de un cierto sentido común en la realidad que nos ha tocado vivir, y sobre todo, luchar por ello. Porque como bien se explica en este libro, todo un hallazgo dado mi estado de indignado perpetuo y de profano en la materia, una de las claves para entender qué está pasando en todo el mundo no es que la “gente de arriba” no sepa manejar la situación, que va. El resultado real es una combinación entre poco riesgo a la hora de tomar decisiones difíciles y poca voluntad a la hora de salirse de lo que se espera de la propia ideología política.
Me cae bien Paul Krugman. Me parece arriesgado, hoy en día, dar lecciones sobre cómo deben hacerse las cosas. Y me parece más arriesgado dar lecciones sin venderlas como si fuera un dogma. Y es que “¡Acabad ya con esta crisis!” revela tanta ineptitud, tantos intereses creados, tanto sin sentido dentro de las decisiones tomadas para acabar con esta crisis que lo inunda todo, que cuando cierras el libro te preguntas: pero, ¿si es tan fácil, por qué no se hace nada?. Y ahí es donde el lector, como el que suscribe, debe ponerse manos a la obra y no convertirse en simple espectador pasivo de lo que está leyendo, sino inmiscuirse, leer, investigar un poco, y tomar un papel activo en darse cuenta de que lo que nos venden, lo que se presupone bueno para la ciudadanía, en realidad no deja de ser un cuento chino para que los niños pequeños se vayan más contentos a la cama.
Que quede claro: no soy un experto en economía. De hecho, creo que era una de las asignaturas que peor se me daban cuando estudiaba en el instituto. Pero Paul Krugman ha sabido en “¡Acabad ya con esta crisis!” desmontar un mito que se ha venido gestando ad infinitum: que las personas de a pie no sabemos de estas cosas y no podemos decir nada porque, si no sabes, ¿para qué vas a hablar? Me parece loable acercar los problemas mayores al gran público. Siempre he creído que tenemos que estar informados, y aunque sí que es verdad que pueda tener ciertas desavenencias con lo que expone Paul Krugman en su libro, ¿acaso no es eso lo que se pretende con el pensamiento crítico? ¿Será quizá por eso, por la falta de este mismo pensamiento, que los detractores de la posición del autor se han lanzado como buitres a destruir la veracidad de lo que cuenta? ¿Será que, en realidad, no quieren que sepamos lo que está pasando? ¿Es que este mundo se ha vuelto loco y ya va siendo hora de bajarse de él?
Y sí, cuando lees el libro empiezas a sentirte como una olla a presión. O al menos yo empecé a enfadarme seriamente cuando leía frases tan literales como “(…) siempre ha habido personas que afirman que el desempleo involuntario, como tal, no existe…” o afirmaciones con las que estoy totalmente de acuerdo como “no hay necesidad de que todo esto esté pasando”. Y es que, en un mundo donde es más importante ser uno más del rebaño que salirse de la norma para poder volver al tan nombrado Estado del Bienestar, así con mayúsculas, uno empieza a sentirse tan decepcionado que poder tener entre sus manos un libro que te presente la situación desde lo que se puede hacer y no sólo sobre el por qué de lo que ha pasado, resulta esperanzador.
Así que avancemos todos, no nos centremos sólo en lo que se ha hecho mal y sí en lo que se puede hacer a partir de ahora para salir de este maldito atolladero en el que nos han metido. Porque, como se dice en “¡Acabad ya con esta crisis!”: podemos acabar con esta depresión; y tener que luchar por ello.
A mí también me cae bien Paul Krugman, pero mas que por ser arriesgado, por ser lógico. sigo casi todo lo que está escribiendo desde hace un par de años y se está cumpliendo todo punto por punto, así que o el tema europeo cambia mucho o sus predicciones son fatídicas…
Un abrazo!