No voy a andarme por las ramas. Lo que me llamó la atención del libro fue la portada. Lo irreverente, lo provocador me gusta, así que encontrarme con una mujer con un buen par de tetas al aire (las tetas siempre venden y son el bien) crucificada, coronada con una corona de espinas, con un color rojo infierno de fondo y una serpiente pululando por ahí tenía todas las papeletas para, al menos, leer su sinopsis.
Además, siento una predilección especial por las obras de Cazador de ratas, una editorial que apuesta por autores frescos y originales, tramas novedosas y enganchantes, en formatos variados y con precios muy asequibles. Gracias a CDR he disfrutado de auténticas joyas como Hijos del hielo, Y bailar sobre tu tumba, Yo soy aquel o La maga y otros cuentos crueles.
Dicho todo esto, ataquemos el libro.
Debo confesar que me llevé una pequeñísima decepción porque pensaba que iba a leer algo en donde aparecieran demonios o brujas o lo típico que esperas encontrar en conventos ambientados en épocas remotas (y no tan remotas), al margen del sexo consentido o no. Pero sí que encontré demonios. Demonios más reales y creíbles. Con forma humana. Con sotana algunos y hábitos otras. Con nombres y apellidos otros cuantos, como el de Tradición, Machismo, Sociedad, Reclusión, Franquismo,… ya lo pilláis.
Impías es una y es trina. Son tres historias independientes pero con el denominador común de la mujer. La mujer como protagonista que está hasta los ovarios de cumplir un papel que le otorgan los hombres y la tradición y que no está dispuesta a seguir desempeñando porque quiere ser libre de elegir su vida, su destino, su placer y su todo.
La primera historia nos habla de la monja Juana de Leeds, personaje histórico real que vivió en el siglo XIV, que fingió su muerte para poder salir del convento y se metió a puta para procurarse todo el placer que le había sido negado por haber nacido mujer.
La siguiente historia la protagoniza Judith, lesbiana, que poco antes de que comience la guerra civil española, queda embarazada de su tío y a la que tras arrebatarle el bebé su reputada familia la interna en un convento en el que descubrirá que no todo lo que se cuece en su interior es fervor y devoción cristiana.
El último relato lo protagoniza Carla, otra mujer lesbiana que fue abandonada por su madre en época del caudillo y que en sus investigaciones periodísticas sobre el robo de niños descubrirá algo que le cambiará la vida.
Impías es un libro breve, intenso y cargado de una rabia justificada y nada contenida pero muy acertada. Demasiado breve diría (160 páginas) pues uno se queda con ganas de saber más de estas tres mujeres, insumisas de su época, guerreras por sus derechos en una sociedad domesticada por el redil de la religión, la costumbre, la sinrazón…
La autora, Carmen Moreno, escribe con una prosa clara y un estilo directo que es una invitación a no dejar de leer. Con breves pinceladas no solo podemos entender a las tres mujeres (en algunos pasajes me llegó a hervir la sangre hasta llegar a ponerme de verdadera mala hostia), sino también el tiempo y lugar en el que estas viven. La crítica a la sociedad, la religión y, sobre todo, a la Iglesia, es más que evidente y no le falta ni una pizca de razón.
Tres épocas para tres mujeres y una lucha común. Un libro para entender, quien todavía no lo entienda, el porqué del feminismo. Pero también un libro con el que disfrutar de lectura de la buena.