No me pareció extraño ver que Pregunta, una editorial de lo más interesante y variopinta, apostase por un libro como el que hoy les traigo; es una editorial que crece de una manera exponencial porque arriesga en escritores y escritoras con talento, o como en este caso con el libro titulado Inventario de monos y escrito a dos manos por Galgo Cabanas ¿Les suena?
¡Claro que les suena! Porque no es la primera vez que les hablo de ellos, ¿recuerdan que ya en el año 2012 les hablaba de Mario de los Santos y Óscar Sipán, que con este curioso seudónimo se hacían con el XVI Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe, con la obra Si estás en el Baile, baila?.
Y es que si cada uno de ellos es estupendo y muy particular en su forma de escribir por separado. Óscar Sipán es un virtuoso de los cuentos o relatos cortos y muchos de ustedes lo reconocerán si son seguidores suyos en las redes sociales por sus frases cortas divertidas y lapidantes. Por otro lado tenemos a Mario de los Santos capaz de organizar la locura y hacer de una idea una historia completa con resultado siempre sorprendente, y ambos hacen siempre del conjunto de sus manos y mentes unas novelas homogéneas en las que reluce la calidad de la escritura y la curiosidad por una historia que siempre es capaz de atrapar al lector.
En esta ocasión y agarrándose a esa vieja leyenda que afirma que el día que desaparezcan los monos de de Gibraltar, el peñón volverá a ser español, o al menos, dejará de ser británico. Pues bien, de esta idea surge la novela, novela negra por cierto para seguir en lo que fue su origen de escritura conjunta, que arranca en los albores de la primera Guerra Mundial en la que, al parecer, Winston Churchil, entonces Lord del Almirantazgo británico, mandó en secreto repoblar Gibraltar de monos pues eran muy pocos los ejemplares que ya quedaban en la colonia.
Secretos, espías, historia y amor, y sobre todo narración para lectores que saben valorar y saborear las historias contadas paso a paso seleccionando cada una de las palabras y detallando cada uno de los hechos de tal forma que los personajes históricos no deformen la aparición de los protagonistas de la historia que nos traen. La historia es emocionante pero es ritmo es cadente en sus descripciones…
“las mujeres embarazadas reparaban las redes de pesca a la puerta de sus casas mientras lo miraban con ojos almendrados. Un inválido dormitaba a la sombra sobre un jergón de paja, junto a ristras de ajos que colgaban de una alcayata. Una niña rubia, con más piojos que pecas, se peinaba sentada en una barca podrida. Los cerdos hozaban en sus charcos. A lo lejos, los pescadores faenaban en pequeñas embarcaciones, con el granizado de gaviotas como telón de fondo. La risa de los niños le conmovió, como en el lugar de agua salada y miseria habitasen el paraíso. A lucio Barrientos le pareció que había más vida en ese pequeño suburbio que en todas las mansiones del mundo… “
Ya ven, les hablo de una novela en las que suceden muchas cosas pero que los autores se toman su tiempo y sus palabras para mostrarnos el devenir de cada una de ellas. Que es historia pero también es poesía, y también es reflexión… Y no, desde luego no es una novela para leer en una tarde, es una historia para ir dejándote llevar como cuando te acercas a un contador de historias que se va un poquito por las ramas pero las ramas te interesan tanto como la propia historia… No, no la he leído ni en una tarde ni en un par de días que es lo que me suele durar un libro de esta extensión.
Tampoco he venido corriendo traerles la reseña porque había que reposar lo leído, porque hay más profundidad y vida en cada página de lo que en principio puede esperar el lector de un libro de este tipo. Y tras el reposo, aquí estoy para recomendarles que lo lean, que disfruten de esta lectura, que sus casi trescientas páginas no les importe leerlas de “a pocos” para degustar eso que se llama placer de la lectura.