Invisible, de Paul Auster
Una novela apasionante, quizá la mejor de Auster, sobre la culpa y la redención, el deseo y el azar.
Estamos en 1967 y Adam Walker, un joven poeta que acaba de terminar sus estudios, no sabe muy bien qué hacer con su vida. De todos modos, cualesquiera que fueran sus planes, a buen seguro no incluían nada de lo que está a punto de sucederle. Pensándolo mejor, no debería contarles mucho más sobre el argumento de Invisible, porque Auster no se anda con rodeos y desde el principio los acontecimientos se suceden sin pausa, a un ritmo que impide al lector cuestionarse lo que lee.
Mientras muchos escritores te abren la ventana para que te asomes y seas testigo de la historia que van a contarte desde su confortable sillón, Auster abre la puerta y te espera fuera, en la primera frase, y nada más llegar te pasa el brazo sobre el hombro y literalmente te empuja dentro del libro, te acompaña a través de sus páginas, te guía con su voz hipnótica y, sin dejarte tiempo para pensar, te enseña lo que él quiere que veas y te oculta el resto.
Estábamos hablando de Adam Walker, un escritor, en este caso un poeta, perdido en la vida, atormentado por un trágico suceso del pasado, que va a ser golpeado por el azar hasta verse inmerso en una espiral de violencia y deseo que escapa a su control; a aquellos que hayan leído ya unos cuantos títulos de Auster esta historia debería resultarles familiar. Esta estructura, los diálogos vágamente hollywoodienses, el final que pone en cuestión todo lo leído anteriormente, un cierto deje de posmodernidad, las referencias a otros textos y autores, la ironía sobre el acto de escribir, todo ello forma parte de la marca de la casa Auster.
Quizá sea a causa de la obligación autoimpuesta de publicar una vez al año (la próxima novela ya está terminada, según el propio autor), o porque una vez encontrado el camino del éxito es difícil apartarse de él, no lo sé, pero lo cierto es que en Invisible se hace patente un cierto parecido de familia con otros títulos del autor.
No me malinterpreten, por favor; a mí me gusta Auster; he leído muchas de sus novelas, e Invisible es una de las mejores. No estoy afirmando que el argumento sus novelas sea repetitivo o previsible, al contrario, suele ser apasionante y siempre sorprende. Pero en la estructura narrativa se aprecia un patrón, un esquema común. Y eso no es malo, lo mismo que no lo es que su prosa sea poco elaborada y que recurra a menudo a lugares comunes bastante trillados, porque el talento de Auster hay que buscarlo en otro lugar.
En cualquier disciplina de la vida hay dos maneras de triunfar: o inventas algo nuevo, nunca visto, o haces lo mismo que todo el mundo, pero mucho mejor que los demás. Auster pertenece al segundo grupo, hace lo que cualquier escritor realista norteamericano, pero ¡qué bien lo hace!
Decía que Auster es un escritor realista. Sus historias parecen reales y, de hecho, en Invisible toma muchos elementos de su biografía para crear el personaje de Walker, pero no hay nada más ficticio y artificial que el realismo y, a poco que uno se pare a pensar, todo lo que le sucede a Walter es descabellado. Historias realistas en las que suceden cosas descabelladas, otra de las especialidades del neoyorquino. El gran mérito es que consigue hacerlas creíbles, casi lógicas, aunque para ello tenga que hacer algunas trampas que le permiten guiar al lector por el camino que más le interesa. Si me lo permiten, a mí Auster me recuerda a Hitchcock.
En Invisible toma una historia que no da para mucho y la exprime con maestría. La narración pasa de la tercera persona a la primera y de ésta a la segunda, el relato se convierte en el borrador de un texto, el texto en un diario, el tiempo avanza y retrocede y, en cada cambio, sin que la historia deje de ser la misma, el lector la ve bajo otra perspectiva distinta. Y no es un ejercicio de estilo, la coherencia del texto, su unicidad, son completas.
Son, por tanto, muchas las razones por las que Invisible es un libro destacable, puede que el mejor de Auster. Sin embargo, muchas de las reseñas que se han escrito sobre él se han centrado en su contenido sexual. En la contraportada se califica al libro de “erótico” y el propio autor, en la presentación en Nueva York, leyó ante el público las escenas más escabrosas. Probablemente es una forma estupenda de aumentar las ventas pero a mí me parece algo anecdótico; ni siquiera hay tanto sexo en el libro, pero parece que la afición de Auster a llamar a las cosas por su nombre y la narración de un incesto todavía consiguen escandalizarnos a estas alturas.
Y llegamos al final de la visita. Auster nos muestra la puerta de salida y, aunque creíamos que la distribución de las habitaciones nos era familiar y que el anfitrión nos había descrito cada cuarto exactamente tal y como es, de repente ya no está tan claro si el salón era el salón o si era la cocina. ¿O se trataba de un dormitorio? Puede que esa sea la magia de Auster, que cuando crees que ya te sabes sus trucos, que a ti ya no te va a engañar, vuelve a dejarte con la boca abierta.
Javier BR
javierbr@librosyliteratura.es
Javier,
tu no lo dices, pero yo sí. He leído algunos libros de Paul Auster y me parece que se repite hasta la saciedad, creo que ha encontrado los ingredientes justos para alcanzar el éxito y el reconocimiento sin perder un ápice de prestigio. Personalmente, el que más me ha gustado ha sigo Brooklyn Follies. Ya tiene preparado otro libro que saldrá a finales de año, cuyo título es Sunset Park( ¿Para Navidad tal vez? )
De todas formas, creo que es un gran escritor, pero me cansa. Me pasa exactamente lo mismo con Philip Roth.
¿Conoces a su mujer, tambien escritora.? Se llama Siri Hustvedt y escribe de maravilla, Creo que está un poco eclipsada por la sombra omnipresente de su marido.
Felicidades por la reseña, creo que has reflejado muy bien el espritu “Auster”
Se me ha olvidado comentar que se nos ha ido otro de los GRANDES, pero nos ha dejado tu mejor legado: tu obra.
Hasta siempre JOSË SARAMAGO
Es cierto que Auster tiene un estilo muy definido y que la estructura de sus historias responde casi siempre al mismo esquema. James Wood, crítico de The New Yorker, escribió no hace mucho la reseña imaginaria de un supuesto libro de Auster y la verdad es que lo clavó: parecia una auténtica novela de Auster. Pero aún así es un gran escritor y merece la pena leerle. En realidad la mayoría de los escritores norteamericanos no hacen demasiado hincapié en que sus libros sean originales, al contrario, valoran mucho el tener un “estilo propio”.
De Siri Hustvedt tengo pendiente “Elegía para un americano”, a ver cuando encuentro el tiempo; me han hablado muy bien de ella.
Por cierto, Siri afirmó en una entrevista que veía reflejada su relación con Paul en la que mantiene el protagonista de “Invisible” con su hermana.
Muchas gracias por tu comentario, Coco, y por tus palabras de recuerdo para Saramago.
Coincido mucho con Coco en sus comentarios y en que Brooklyn Follies, es para mí, su mejor libro. Pero ya sabes que yo soy así de subjetiva, bueno es posible que con tu reseña relea Invisible (a pesar de que me da mucha preza). Con este autor, y otra vez como a Coco, me pasa lo mismo que con Philip Roth (me pareen repetitivos, bueno la verdad es que que ya sabes que lo de Roth me supera (jejeje).
De todas formas, se que este es un autor imprescindible y tanto Brooklyn como Invisible, de la que has hecho una reseña fantástica, son obras que hay que leer. Así que ánimo a todos.
P.D.: De Sramago …, espero terminar pronto una reseña que tengo a medias, un gran hombre muy consucente con su vida y con su obra.
Un fuerte Abrazo!
Gracias por tu comentario, Susana. Es muy difícil elegir el mejor libro de un autor, más cuando su obra es tan extensa y de tanta calidad. En mi opinión “Invisible” se cuenta entre los mejores libros de Auster, pero nunca me atrevería a afirmar que un libro es mejor que otro. De hecho a mí me gustaron más “La música del azar” o “La invención de la soledad”.
Un saludo.
Cierto, cierto, cierto Javier; no puedo decir que haya leído toda la obra de Auster y yo, lo que nunca digo es que un libro es malo (eso es pecado jejeje) pero cuando digo que un libro es mejor que otro (en comparativas siempre del mismo autor) lo hago desde mi punto de vista que es totalmente subjetivo y con tan poco fundamento como yo misma jajajja. Un abrazo!!!
No he leído ni éste ni “Un hombe en la oscuridad” (creo que son los dos más recientes), pero Paul Auster es uno de mis autores favoritos.
Si te animas a leerlo espero que nos cuentes qué te ha parecido. Gracias por tu comentario.
Pues yo coincido con tu opinión Javier.
Puede que Auster peque de repetitivo, pero lo cierto es que ninguna de sus historias nos deja indiferente. Y es que como narrador no tiene precio.
Es un gran escritor, no cabe duda. Y sus libros se van convirtiendo en uno de esos hitos anuales que marcan el paso del tiempo: la canción del verano, el encendido del alumbrado de Navidad, el libro de Auster… Gracias por tu comentario, César.
aun me falta leer a este autor, no se por qué pero le tengo flojera en este momento. Pero me apunto este título en mi libreta, he escuchado que es de los mejores ¡gracias Javier!
Anímate con Auster, Ale, es un gran autor y tiene muchos títulos interesantes.
Gracias por tu comentario.
Muy buena reseña. Lo que dicen de Auster puede que sea en parte cierto. Pero quedarse con esa particularidad de Auster (lo de la repetitividad) es por lo menos, injusto.
Auster te asegura, por lo menos me pasa a mi, que al leer un libro suyo, lo vas a disfrutar. Por ahí la historia y los personajes te parezcan conocidos, pero la narrativa este autor es maravillosa.
Para mi el mejor es Leviatán. Saludos
Quizá el problema con Auster es que esperamos que cada libro sea mejor que el anterior y se le juzga con más dureza que a otros autores. Un mal Auster sigue siendo un buen libro; como dices, siempre tienes garantizado que vas a disfrutar. Muchas gracias por tu comentario, Darío.