Invitado a una decapitación, de Vladimir Nabokov
Yo ya me doy por vencida. Es que no me quedan palabras para explicarles lo que es este autor para mí. Es genialidad pura, es prosa divina, es literatura verdadera y es una historia distinta, que parece simple pensarla pero que sólo él puede contarla. La forma cómo lo hace, es tan particular que muero de la envidia, que me da rabia y me llena de admiración. ¿Es posible tener una relación con un autor? ¿Con tu autor favorito? Yo la tengo, lo abrazo aunque este muerto y lo idolatro, lo adoro y hasta creo que lo amo. Me senté a leer, entonces, una vez más un libro suyo y no hizo más que acrecentar ese “nosequé” que me provoca. Diría que es amor pero está muerto y no es recíproco porque él amó a su esposa. Es un amor fiel, muy fiel, aunque sé que si me conociera lo decepcionaría porque no puedo darle ni la mitad de lo que él me regala a mí. Eso que también me regaló Vladimir Nabokov con su novela Invitación a una decapitación.
Cincinnatus y ya con ese nombre como protagonista sabemos que se nos han abierto las puertas del mundo Nabokov. Cincinnatus está en prisión y lo dice sin pelos en la lengua: espera el día que se cumpla su sentencia de muerte. Lo dice, Nabokov magistralmente en una de sus reflexiones, que Cincinnatus tiene una pizca de suerte en comparación al resto de los mortales: sabe que pronto va a morir. Pero no sabe la fecha, nadie se la dice y eso lo persigue, lo atormenta.
Así está él, en su cárcel, queriendo escribir pero molesto al no poder hacerlo. Si nadie le dice cuando va a cumplir su condena –por un crimen que nunca es mencionado pero es aberrante- no puede hacerlo, no puede dejar su trabajo a medio camino. Dialoga con otros personajes como el guardián, el director de la cárcel –un sujeto que se burla en demasía de la ansiedad de Cincinnatus- su pequeña hija y la esposa del prisionero.
Por supuesto que es una historia dolorosa que tiene mucho de burla. Burla cruel a manos del director que juega con Cincinnatus. Tiene mucho de ese personaje central tan inteligente que sólo puede ser elaborado en manos de Nabokov: Cincinnatus es adorable pese a cualquier crimen que haya cometido. ¿Si me es familiar? Jamás podría odiar a Humbert Humbert de Lolita, porque tiene ese encanto que me irrita. Cincinnatus es culpable de algo pero es inteligente, astuto y reflexivo…Perdón, pero no puedo odiarlo. Este individuo que sufre cada día que pasa, preguntándose si finalmente hoy es el día en que acaba su vida. Soporta la burla como una rutina y el lector pide a gritos que ya no más, porque compadece a este personaje. Como siempre hace Nabokov conmigo.
No puedo agregar mucho más porque decir que la escritura es exquisita es contarles algo ya por demás sabido. Sé que debería ser neutral pero sólo veo genialidad, ningún fallo en este autor. Dicen que esta es la novela que Nabokov más quería, incluso más que Lolita. No lo sé, lo cierto es que es difícil conseguirla como muchas de sus obras que no son el centro de atención. Para muchos, Nabokov es Lolita pero yo ya he leído varias de sus novelas (¡Y por suerte me quedan tantas!) y puedo ver que Lolita es sólo una porción de este no ganador pero MERECEDOR del Premio Nobel de Literatura.
Ya ven, yo lo admiro con esa devoción que sólo mantengo con cosas que realmente me inspiran. Quienes me inspiran, son aquellos que no aspiro a igualar porque están más allá de todo. Es más, siento que es muy triste me intento de seducirlo a Nabokov aunque ya no esté en este mundo. Pero lo sigo intentando porque ya con él no tengo chances entonces quiero mostrárselos. Porque cada libro de Nabokov es bello, es excelencia. Porque ya me doy por vencida en intentar siquiera reflejar un poco de su maravilla.
Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)
Leí hace ya años Lolita, que me gustó mucho. Pero luego no me he animado a volver con él. Ni siquiera conocía más novelas suyas, así que estoy ya apuntándome este libro, que me has contagiado tu entusiasmo. ¡Fantástica reseña!
Besotes!!!
Gracias Margarita!
En general, con Nabokov, la gente lee Lolita y ya. Será porque yo lo descubrí con Pnin, libro que nunca reseñé pero con el cual comparto una historia más que especial, que me seguí acercando a otras obras suyas.
Con él no soy neutral y recomiendo cada uno de sus libros. No hubo ninguno que me haya disgustado.
Gracias por leerla!