Ira Dei (La ira de Dios), de Mariano Gambín
Ya me había pasado lo mismo cuando tiré de la cadena del váter, al abrir una bolsa de patatas y mientras miraba las nubes. Y en cada una de las páginas de internet que visité.
El tema pasaba por comprobar si la calidad literaria del libro en cuestión estaba a la altura de la maquinaria publicitaria que se viene llevando a cabo alrededor de esta historia.
Lo que nos cuenta Ira Dei (La ira de Dios) se parece mucho a su portada: oscura, irrespirable, opresiva… misteriosa. Pero también atrapante y tentadora, esa sensación ambigua de tener miedo a la oscuridad pero no poder dejar de mirar, en lugar de taparse con las sábanas.
El escenario de los acontecimientos es La Laguna, Tenerife. Allí, en medio de los trabajos de excavación de una obra, se descubre una cripta subterránea que contiene varios cadáveres de personas asesinadas en el siglo XVIII. Ya en la actualidad, se produce una serie de nuevos asesinatos que son investigados por el inspector Galán. El punto común de ambos casos es el modus operandi del asesino: tantos a estos como a aquellos les arrancaron la cabellera con un arma blanca.
Y listo: estás atrapado. Olvídate del mundo. Todo lo que querrás hacer es leer. Ahora mismo, mientras escribo esta reseña, me doy cuenta que son las once de la noche y que de 16 a 21 horas estuve encerrado en la biblioteca leyendo sin parar este libro.
Pero está tan bien escrita… que desde ya les afirmo que tanta publicidad, esta vez, no se equivoca. Ira Dei es un libro apasionante, atrapante, adictivo por demás y con personajes muy bien caracterizados, de esos que uno siente que son reales y que al terminar el libro se quedan con nosotros, en nuestra mente, durante semanas.
Mariano Gambín logra que vivamos la historia a través de cuatro personajes principales: Marta Herrero, arqueóloga, convocada para analizar los cuerpos encontrados en la cripta, Antonio Galán, el mencionado inspector a cargo de la investigación, su amigo Luis Ariosto (para mí el mejor y más logrado personaje) que destila inteligencia y lucidez, y la periodista Sandra Clavijo, que de simple redactora se encontrará con la posibilidad latente de ganarse el respeto del mundo de los medios de comunicación. Los cuatro personajes, cada uno a su manera, serán los culpables de ir abriendo las investigaciones para que nosotros, como lectores, nos llenemos de dudas, sospechas, enigmas y entonces cada una de las piezas del puzzle parezcan imposibles de unir. Pero se unen y muy bien, gracias a un recurso que no voy a contarles (desvelaría mucho la trama) pero con el que el autor del libro hace creíble el final de la historia.
Dividida en 63 pequeños capítulos, las 316 páginas de Ira Dei se leen en dos febriles días tras los cuales uno no tiene otra opción que preguntarse si habrá nuevas historias del autor en el futuro. La buena respuesta llega al final del libro, ya que en su biografía se anuncia que Ira Dei es la primera de una serie de novelas ambientadas en Tenerife.
Recomiendo entonces esta novela que atrapa, divierte y cumple con lo que sus múltiples publicidades pregonan.