Mi maravilloso recorrido por la vida de Jessica Jones como Alias –más tarde Bendis la resucitaría en una nueva serie llamada The Pulse fuera ya de los no-límites de Max, la línea editorial de Marvel para adultos– toca a su fin con este libro, Jessica Jones 4. Origen secreto. Algo que comenzó, como las mejores aventuras, por mera y simple curiosidad, y que terminó convirtiéndose en toda una pequeña adicción. No exagero. Como en uno de esos romances de verano que acaban precisamente como empiezan, no hay forma de detener su lectura hasta que se agota definitivamente. Después lo que queda es una tenue sonrisa. Un brillo. Si hay suerte, algo que recordaremos el resto de los veranos de nuestras vidas.
Origen secreto, posiblemente el volumen más completo de los cuatro –antes fueron Alias, Rebecca, por favor, vuelve a casa y Lo oculto–, es el perfecto broche final para esta antiheroína de capa rota, deslenguada, irónica y algo arisca que a muchos nos tiene robado el corazón. En él, y a lo largo de siete cómics (del número 22 al 28), Jessica Jones se enfunda por última –casi por primera– vez su traje de justiciera y vuelve, como su propio título indica, a sus orígenes. Aquellos que la elevaron, en la piel de Krysten Ritter, hasta los altares de la televisión gracias a Netflix. Una historia de dobles lecturas cuyo villano, Killgrave, en comparación con aquel otro más de carne y hueso interpretado por David Tennant, pierde parte de su potencial carismático. Es cierto. Este hombre púrpura no seduce solo inquieta pero, eso sí, lo hace a altos niveles de crueldad y sadismo, como todo buen malvado.
Exactamente igual que los tres volúmenes recopilatorios anteriores, traducido al español por Rubén Herrero de Castro y con prólogo de Julián M. Clemente, Panini pone a nuestro alcance una bonita edición que incluye además, el proyecto que el propio Bendis presentó por primera vez a Marvel y la despedida definitiva de su autor a la saga de Alias, así como dos números especiales, un cómic donde plantear qué hubiera pasado si Jessica Jones se hubiera unido a Los Vengadores y otro de cómo sería su vida actual.
Así, a lo largo de este tomo –para el que su autor, Brian Michael Bendis, vuelve a contar con los dibujos de su inseparable Michael Gaydos, las colaboraciones de Mark Bagley y Art Thibert, entre otros, y las maravillosas portadas de David Mack–, seremos testigos por primera vez de los traumas de instituto de una jovencísima Jessica Jones que suspira por un retraído Peter Parker, cuyas primeras páginas destacan, en lo artístico, por unas viñetas y unos dibujos más próximos a los números del Spiderman de Stan Lee y Steve Ditko que a sus trazos actuales.
Sin embargo, mientras que Origen secreto nos cuenta además de su tragedia familiar, el modo en que Jones adquirió sus poderes y, finalmente, su iniciación y declive como superheroína, su trasfondo da un paso más allá. Bendis bosqueja muy sutilmente las líneas de una historia perfecta y tristemente reconocible hoy y sitúa a Joya, su alias de justiciera, en medio de un relato de violencia psicológica que, bajo los efectos empáticos de Killgrave, es anulada, humillada, insultada y sometida por completo a su voluntad. Algo que va mucho más allá de lo físico, que es incluso más pernicioso y que su autor se esfuerza en diferenciar sobre el papel –de hecho, Jessica nunca es atacada directamente por su agresor–. Sus secuelas, mucho más profundas, son más bien mentales. Altamente vulnerable y con la autoestima algo dañada, su verdadero poder, como una auténtica heroína, es su capacidad de reponerse, romper vínculos y enfrentarse a sus fantasmas. ¿Será capaz finalmente de derrotar al color púrpura?
El resultado, es este número tan contundente que, como los mejores veranos, pasa sin que nos demos cuenta y de repente llega a su fin. Nos queda entonces el consuelo del recuerdo y la posibilidad de las nuevas conquistas. Otros superhéroes y otras historietas. Acepto sugerencias.