Si alguien nos preguntara cuál fue el mayor desastre del siglo XX, la mayoría pensaríamos en la Segunda Guerra Mundial, por el número de muertes, o en el Holocausto, por la saña de los nazis contra los judíos. A prácticamente nadie se le ocurriría responder la gripe española. Y, sin embargo, esta enfermedad, en apenas dos años, infectó a una de cada tres personas del planeta y seguramente mató a más seres humanos que las dos guerras mundiales juntas. ¿Por qué, entonces, apenas se la nombra en los libros de Historia? ¿Por qué no sabemos casi nada de ella? Esta y otras muchas cuestiones son las que aborda la escritora y periodista Laura Spinney en El jinete pálido.
En este magnífico ensayo, Laura Spinney hace acopio de toda la información disponible hasta el momento sobre la gripe española, que asoló el mundo hace ahora cien años. En las últimas tres décadas, historiadores, sociólogos y virólogos han empezado a prestar atención a aquella pandemia que quedó olvidada por las dos guerras mundiales que convulsionaron el mundo, y Spinney se ha servido de ese acercamiento multidisciplinar para escribir una especie de biografía de la gripe, aunque en realidad es una historia humana con esa enfermedad como hilo conductor, ya que el brote de 1918 estuvo protagonizado por millones de seres humanos anónimos: los que murieron y acabaron enterrados en fosas comunes; los que sobrevivieron, pero ya nunca volvieron a ser los mismos.
De forma amena pero rigurosa, enlaza acontecimientos históricos y tragedias personales para contarnos cómo surgió, cómo se propagó y cómo remitió. Se remonta hasta sus posibles orígenes, un par de milenios atrás, para luego abordar el brote de 1918 y las consecuencias sociales, sanitarias, políticas y culturales que derivaron de él y transformaron a la humanidad. Impresiona leer la estrecha relación que la denominada gripe española tuvo con el devenir de la Primera Guerra Mundial y, quizá, con el origen de la segunda; y su papel en la independencia de la India o en el apartheid de Sudáfrica. Pero no solo trajo desgracias, ya que, gracias a ella, la sociedad se concienció de la necesidad de sanidad universal y de practicar deporte, así como contribuyó a establecer la virología como disciplina, a promover las primeras vacunas contra la gripe, a constituir la Organización Mundial de la Salud y a que Fleming descubriera la penicilina.
El trabajo de documentación y narrativo que Laura Spinney ha llevado a cabo en El jinete pálido es admirable. Cada uno de los capítulos es como una revelación: la falta de medios y hasta de conocimientos de los médicos en aquella época, en la que aún se hacía uso de «pócimas, extractos de plantas y tratamientos no probados»; la paradoja de que la ayuda al prójimo, en esas circunstancias, supusiera la condena de uno mismo y hasta de toda su comunidad; los curiosos ritos que se pusieron en práctica, en un vano intento de acabar con el contagio… El jinete pálido nos demuestra como la epidemia de la mal llamada gripe española fue un punto de inflexión en la humanidad y que sin ella no sería posible entender el mundo en el que ahora vivimos. Y, sobre todo, pone sobre la mesa la importancia de que todos accedamos a datos veraces para conocer las causas y consecuencias de aquel desastre. Solo así, si algún día vuelve a repetirse una pandemia de estas características, estaremos preparados para combatirla.
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