Reseña del cómic “John Carpenter’s: Joker” de John Carpenter
No cabe duda de que el personaje del Joker es un caramelito. ¡Cuántos quisiéramos tener la oportunidad de que DC nos permitiera publicar las desenfrenadas historias que a muchos nos bullen en la mollera teniendo al payaso del crimen como protagonista, usando nuestros propios chistes malos, llevándolo a terrenos que creemos inexplorados y dándole rienda suelta sin temor a censuras de ningún tipo! ¡Nos ha jodido! Ver nuestra historia dibujada y en un tomito en tapa dura sería incluso mejor que el mejor de los sexos posibles.
¿Es John Carpenter un fan del Joker? Pues ni puta idea, pero experto en psicópatas sí que es si tenemos en cuenta que dirigió Halloween y está implicado en todas las secuelas, derivados y reinicios habidos y por haber. Así que, sin tener confirmación oficial, podría decir que sí, que le mola el paliducho.
¿Y yo? ¿Soy fan de Carpenter? Pues no especialmente. Al oír su nombre lo primero que me viene a la chola es La cosa. Después La niebla, la de los vampiros con su nombre (para que no la confundiéramos con la de… alguien), la ya mencionada Halloween y En la boca del miedo. Tiene más pelis conocidas, sí, pero he dicho que estas eran las primeras que me vienen, no que fuera a hacer inventario.
Sabiendo todo esto y el gusto de Carpenter por cosas raras, pegajosas y asquerositas muy del tipo lovecraftiano tenía una mezcla de curiosidad y miedo por saber cómo iba a liarla con este cómic y más viendo que en la portada al Joker le brotan serpientes del pelo cual Medusa. ¿Veríamos un villano remedo del visto en La Cosa en un Gotham helado como si se tratara de cierta famosa estación polar? ¿Killer Croc tendría una cara llena de bocas y una cabeza en el estómago?
Como veis, puede más la curiosidad que el miedo y aquí estoy, trescientas palabras después para hablar de John Carpenter’s: Joker.
El veredicto es que me ha gustado. Me ha gustado tanto que se me ha hecho muy corto (y realmente es muy muy pero que muy corto), pero lo he pasado tan bien que incluso me he reído con algunas cosas que no deberían hacer gracia a nadie en su sano juicio, lo cual no dice mucho a favor de mi salud mental.
Resulta que el Joker se escapa de Arkham porque a los de Securitas Direct no les dio la gana de hacer la revisión anual y porque una vez puesta la alarma, pues negocio hecho y a por otra. El Joker libre y se va con un compañero que a pesar de estar también encerrado por loco parece estar más cuerdo que cualquiera de nosotros.
Toda la historia está vista a través de los ojos del nuevo compañero del malvado payaso (que en seguida cambia el mono naranja por su icónico traje morado) y toma al Joker por alguien que le ayuda a distinguir si algo es real o si sucede solo en su mente.
“Él no es como yo. Sabe exactamente lo que hace. Está cuerdo”.
Ver a esta pareja como una encarnación del dúo dinámico (y me refiero a Batman y Robin, no a los de la cansina “Resisitiré”) repartiendo su peculiar visión de lo que es la justicia ha sido lo mejor, sin ninguna duda. Y ver al Joker en particular, enfundado en un disfraz de hombre murciélago ha sido como ver de nuevo al Batman que ríe.
“Es malvado. No está loco. Yo estoy loco. No soy malvado”.
No se puede contar mucho más de la historia porque es demasiado breve. Solo añadir que es una pequeña joyita, que no dista mucho de lo que Alan Moore podría haber hecho si se le hubiera ofrecido la oportunidad de trabajar más con el Príncipe Payaso, que no hay cosas ni horrores cósmicos, todo es terrenal (o casi, si no tenemos en cuenta un cameo), y que mola mucho mucho. De las historias más divertidas que ha tenido el Joker.
La pena es que sea tan corto. De las 72 páginas, la historia de Carpenter es tan solo la mitad y la otra mitad son ilustraciones (algunas de Harley Quinn, a la que ni se la nombra en la trama).
John Carpenter’s: Joker es un pequeño tomo que hará salivar a devotos del universo de Batman, especialmente de su némesis, de los fans del director, de los completistas y de los que gusten de buenas y originales historias cortas.