Jóvenes talentos

 Jóvenes talentos, de Nikolai Grozni

Mi padre solía decirme que a lo largo de su vida todo hombre
es alguna vez un poeta y alguna vez un asesino. Pero era una
idea a todas luces romántica, pues casi todos los hombres, yo
mismo incluido, carecían de la pasión para ser ninguna de las
dos cosas

 

En Jóvenes talentos demuestra Nikolai Grozni ser dos cosas, la primera, cuando cuenta una historia, un gran escritor; la segunda, cuando habla de música, un gran cirujano ya que consigue mediante una sutil operación de cirugía estética a corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas transformarlas en letras, puntos, comas, espacios, etc manteniendo intactos el espíritu, la melodía y la fuerza de las composiciones originales de las que habla. Porque este es un libro que por momentos se oye, habla con tal pasión y con tal conocimiento de la música que es imposible (además de absolutamente innecesario) no dejarse arrastrar por esa fuerza torrencial. Cada capítulo, además, se titula con una referencia a una pieza musical de la que se habla en el texto, y, por si el oído metafórico no resulta suficiente, escucharlas mientras se lee es una experiencia realmente extraordinaria.

Octubre está en clave de si menor, todo el mundo lo sabe.

Pero no hay sólo música en esta magnífica Jóvenes talentos, Nikolai Grozni nos habla de su Bulgaria natal y del aprendizaje de la música desde su propia experiencia (se puede encontrar al autor al piano fácilmente en la red) de niño prodigio tras el telón de acero. Así pues el otro alma de Jóvenes talentos es un desazonador retrato de la Bulgaria comunista desde un punto de vista muy personal, muy crítico también pero irrefutable desde el momento en que de lo que se habla aquí es de vidas, de experiencias personales.

 ¿Qué haríamos sin la mentira, cómo brotarían las flores?

El encaje de estas dos almas ejerce de motor narrativo, la pasión desbordada e indisimulable con la que el autor habla de la música en contraste con la amargura con la que habla de la vida, el encaje del talento en una sociedad que premia la disciplina, del color en una existencia gris es un engranaje formidable capaz de mover por sí mismo a esta compleja historia, este collage de vidas rotas.

El cielo de Sofía es de granito. Gris por la mañana, más gris por la tarde y negro de noche; y bajo esa cúpula de granito un grupo de niños lucha por sobrevivir a su talento en un sistema que exige de éste lo único que no puede dar sin pagar un alto precio, ponerlo al servicio de la mediocridad. Muchos, los mejores, no lo consiguen, la escuela de jóvenes talentos es efectiva si acaso para fabricar bien robots, bien fracasados. La tentación del fracaso como acto de rebeldía, la renuncia al propio talento como acto de amor a la belleza a la que debería consagrarse es el fantasma que planea por estas páginas y lo hace con un efecto opresivo que absorbe el oxigeno a su paso asfixiando al lector con la misma vividez con que ahogaba a estos músicos adolescentes. Hay mucho humor, humor negro, y hay mucha pasión, pero esta magnífica obra es fundamentalmente amarga. Tal vez lo sea porque aunque el autor parece haberla afrontado con cierta serenidad, no desde el resentimiento, quiero decir, el dolor está presente en cada página y resulta imposible no conmoverse al pasear por los pasillos de ese matadero del talento que es la Escuela de Música de Sofía para Jóvenes Talentos en la que se ambienta Jóvenes talentos.

 

La felicidad y el éxito me aterraban. En lo más profundo de mí quería fracasar, hundirme en lo más hondo, porque estaba convencido de que, en el fondo de mi ser, el fracaso me purificaría, demostraría que no había seguido las órdenes, que había rechazado ese feo mundo y sus tentadores priviliegios.

Andrés Barrero
 andres@librosyliteratura.es

 

Título: Jóvenes talentos
Título original: Wunderkind
Autor: Nikolai Grozni
Traducción: Damià Alou
Editorial: Libros del Asteroide
Páginas: 352
Fecha edición: 2012
ISBN: 978-84-15625-09-4

 

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