¿Habéis estado alguna vez en Copenhague? Si la respuesta es «sí», seguro que habéis contemplado la escultura de La Sirenita.
Pero no penséis en Ariel ni en Sebastián, el cangrejo. Olvidad esa versión edulcorada, porque el cuento de Hans Christian Andersen es sangriento e injusto. Un cuento donde también aparecen otros personajes secundarios. Personajes como la bruja del mar que hizo un trato con la sirena. Una bruja que le ofreció una poción a la dulce criatura marina. Una poción que le dio unas piernas a cambio de su prodigiosa voz. Pero realmente esa bruja no era tan malvada como Disney nos la mostró.
Sarah Henning ha querido dedicarle una novela a La bruja del mar precisamente. A la auténtica, a la del cuento de Andersen. Y para ello nos lleva hasta Havnestad, donde vive Evie, la mejor amiga del príncipe Nik. Evie es una joven vinculada a la magia desde su infancia. Una magia que no pudo salvar a su amiga Anna de morir ahogada. Y eso le hace sentir culpable. Sin embargo, años después, Evie conoce a Annemette, una chica que es la viva imagen de Anna. Igual, pero diferente y especial. Evie no sabe qué pensar. ¿Será su vieja amiga que ha vuelto de las profundidades del mar? ¡No! ¡Imposible! ¿O igual sí? Lo único que sabe es que Annemette tiene los días contados, y ella no está dispuesta a volver a perderla aunque tenga que arriesgar su propia vida.
Debo admitir que lo primero que me llamó la atención de este libro fue su portada. Pero, ¿cómo no va a causar sensación? Es deslumbrante, llena de seducción y belleza oscura que nos penetra con esa mirada violeta. Y, por si fuera poco, una vez dejamos la portada atrás, nos topamos con un prólogo que nos deja sin respiración. Un preludio que nos remonta a un pasado no muy lejano, que nos advierte de la oscuridad que va a tener fuerza durante toda la novela.
Y una vez que la novela arranca, nos encontramos con una narradora en primera persona y en presente: Evie. En mi opinión, esta forma que utiliza la autora para que el lector se adentre en la historia es de las que más me gustan porque nos hace sentir todo lo que la protagonista siente de una forma muy personal, cercana y real. Hace que nos centremos totalmente en ella y que así podamos entender quién fue, en quién se convirtió y por qué.
Pero no solo de capítulos que beben de la mente de Evie se enriquece esta novela, sino que también vamos desgranando lo que pasó cuatro años atrás gracias a una serie de cortos episodios que se entremezclan con lo narrado en presente. Estos capítulos dan vida al libro porque en ellos podemos disfrutar de diferentes puntos de vista, y así Sarah Henning consigue que mantengamos la atención y que retomemos la historia con más ganas.
Cierto es que en un principio me costó conectar con la protagonista y encontrarme a gusto en la primera parte. Más que nada porque esa primera parte es completamente introductoria y carece de acción. Además, el triángulo amoroso que Evie forma con Nik y con el primo de este, Iker, me resultó algo confuso en un primer momento al igual que su relación inicial con Annemette. Pero entonces me dije, «¡Qué narices! Es una adolescente, ni ella misma sabe bien lo que siente ni lo que quiere, y encima es bruja y lo tiene que mantener en secreto. ¡No me puedo enfadar con ella! ¡Tengo que darle una oportunidad y continuar!».
Y menos mal que continué, porque después la novela coge ritmo de verdad y ya no nos podemos despegar. La acción invade las páginas y decir que la historia se pone interesante es poco.
Una historia que nos pide a gritos que seamos Evie, esa chica sin maldad, que duda, que ama, que quiere arreglar las cosas. Esa chica que llora por aquella que se tragó el mar y que desea encontrarla en los ojos de la que surgió de él. Pero las cosas no son fáciles y, por mucho que intentemos cambiar el pasado en el presente, no siempre la suerte está de nuestro lado. Porque somos jóvenes, inexpertos, ignorantes, incapaces de ver más allá, de comprender lo que esconde la oscuridad y lo que oculta un corazón sin alma.
Amor, anhelo, rencor, venganza, ira, envidia, dolor. Vida y muerte. Sirena y bruja.
Una historia, la de La bruja del mar, que os desgarrará por dentro con su magnífico final, abierto a una esperada continuación, que os dejará sin palabras… sin voz… igual que a la sirenita.