Si digo Winchester seguramente penséis en esa arma que, en mayor medida gracias a Hollywood, se convirtió en un signo de identidad del cowboy. Pero el nombre del rifle de repetición más famoso de la historia también es sinónimo de leyenda; una leyenda que podría haber pasado desapercibida de no ser por la monstruosa mansión Winchester.
Sarah Lockwood Winchester era la mujer de William Wirt Winchester, único hijo y heredero de la multimillonaria Winchester Repeating Arms Company. Tras la muerte de éste, y todavía con el pesar que el fallecimiento de su hija le había provocado, Sarah se convirtió en la mujer más rica de la época. Tristeza, depresión, desesperación y tal vez locura llevaron a Sarah a visitar a una médium para que aliviara su pesar. Ésta le dijo que estaba maldita y que solo se desharía de dicha maldición levantando una construcción interminable.
La Mansión Winchester está ubicada en San José, en el estado de California. Es una construcción de estilo victoriano con un sinfín de estructuras anexas que se abigarran sin orden ni concierto unas con otras creando una especie de pequeña ciudad fantasma. La mansión estuvo en construcción durante 38 largos años dando como resultado 160 habitaciones, 6 cocinas, 52 tragaluces, 3 ascensores y 17 chimeneas. Pero lo que verdaderamente hace único este edificio no es que parezca un homenaje al mal gusto, un paseo por el interior revela que existen escaleras que no van a ninguna parte, puertas que dan al vacío, pasillos secretos y el número trece como patrón en elementos decorativos o escalones. A todo esto hay que añadirle que muchos de los visitantes que hoy en día deciden hacer una parada en el lugar dicen escuchar ruidos extraños, notar presencias inquietantes y sentir como se les eriza la piel por efecto de ráfagas de aire helado. Esta es la leyenda de la mansión Winchester. Pero, ¿qué hizo que Sarah Winchester enloqueciera? ¿Por qué construir de esa forma tan alocada? En el cómic La Casa de la Penitencia Peter J. Tomasi e Ian Bertram, en un intento por hallar una explicación, reinventan la leyenda y la transforman en un cuento gótico de terror.
En La Casa de la Penitencia Sarah Winchester es una mujer perturbada capaz de ver fantasmas, seres repletos de agujeros de bala sanguinolentos que quieren cobrarse una deuda de sangre. A su alrededor, en su mansión, cientos de hombres que han cometido infinidad de asesinatos intentan expiar su culpa construyendo en vez de destruir. Warren Peck es un vaquero que huye de un pasado sembrado de cadáveres y que decidirá hacer un alto en el camino en esa extraña mansión en la que los martillos jamás dejan de golpear. Un lugar como otro cualquiera para encontrar la redención, si no fuera porque en ocasiones la mansión se transforma en el mismísimo infierno.
Peter J. Tomasi es un guionista que siempre ha estado íntimamente ligado al cómic superheroico de la editorial DC, pero que ahora parece haber decidido probar con el cómic de terror. En La Casa de la Penitencia nos muestra la forma en la que se entrelazan locura con lucidez, ficción con realidad mientras nos embarca en un viaje altamente macabro por la mente de Sarah Winchester. La expiación a toda costa es el eje central de una narración que página tras página se vuelve cada vez más angustiosa, hasta que acontecimientos reales y locura se diluyen en una conclusión casi poética.
Ian Bertram, con un estilo que recuerda vagamente a Frank Quitely, es el encargado de dar vida a las pesadillas que se agazapan tras las paredes de la mansión Winchester. Rostros constreñidos por el sufrimiento, semblantes fúnebres y cadáveres putrefactos rivalizan con la mismísima Sarah Winchester y su carita de muñeca de porcelana de ojos tan cautivadores como espeluznantes en el delicado arte de dar mal rollo. Aunque el sonido de la mansión, y su perpetuo estado de construcción, con ese martillear que incluso hace vibrar las viñetas, no se queda atrás. Sangre líquida, sangre coagulada y cientos de espectros descarnados en busca de reposo inundarán la mansión para dejarnos una imagen, una maravillosa viñeta, tan bella como sobrecogedora.
En definitiva, La Casa de la Penitencia, publicado por Planeta Cómic, es un cómic de horror con grandes dosis de cuento de terror victoriano que resulta tan bucólico como escalofriante y que nos muestra lo que somos capaces de hacer por las personas a las que amamos.
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