De tantas razones existentes para invitarte a la lectura, ¿por cuál sueles dejarte seducir? A veces nuestro propio instinto nos hace coger un libro al azar en la librería; otras veces necesitamos que sea la televisión o el cine el que nos indique qué es lo que está de moda o qué libro no deberíamos dejar escapar; un amigo puede ser aún más mejor amigo si su recomendación nos invita a pasar unas tardes de lectura de lo más gratificantes. Todas son válidas y, en el caso de los libros, ninguna deberíamos pasar por alto. Una vez leídas las primeras páginas, o primeros capítulos si fuera necesario, ya nos daremos cuenta de si ha sido o no una buena inversión. Pero, ¿tiempo perdido? Eso nunca. Leer desde la ignorancia a un autor o un género concreto, aunque sean cosas que no nos agraden, no es tiempo perdido. Y cuando la elección de nuestro libro ha sido la correcta, ha sido ese libro que nos ha abierto otra perspectiva y consigue que deseemos penetrar aún más en ese nuevo universo que se nos ofrece, entonces no tendremos más que agradecer enormemente la labor de aquel o aquella que nos abrió ese mágico portal.
La casa de los espíritus, de Isabel Allende fue un auténtico bombazo en su año de publicación allá por 1982. Supuso para su autora un estreno que entró por la puerta grande en la literatura escrita en español. LITERATURA con mayúscula. Eso me parece a mí.
La historia narra los acontecimientos que viven paso a paso la saga familiar de los Trueba desde principios del siglo XX hasta nuestros días. Toda vivencia quedó nítidamente escrita en unos cuadernos por la madre de familia. Tanto su marido, Esteban Trueba, su hija Clara así como la nieta, Alba, relatarán cada uno de los sucesos que el destino extravagante y trágico les puso en su camino. Romances: ¡cómo narra esta escritora los romances en las distintas generaciones! Impecable. Guerras: ¡qué soberbia y sangre fría para mostrar el horror de las revueltas militares! Violencia: el carácter rudo y cruel de Esteban Trueba a la par que la empatía que se siente hacia él en sus últimos años de vejez es la prueba de la calidad literaria de Isabel Allende a la hora de desarrollar personajes. La vida dura en el campo y el retrato costumbrista de una sociedad mermada por la pobreza y el abandono, los poderes paranormales y apariciones fantasmales, todo, absolutamente todo descrito de una forma magistral con un estilo impecable que muestra una visión oscura de la sociedad de Chile de aquellos años de revueltas políticas en una trama generacional muy bien enlazada.
La casa de los espíritus, siendo una gran novela, yo no caí prendado a ella aun conociendo su existencia; aun paseando por las librerías y verla siempre en los escaparates de los autores más vendidos y reconocidos de nuestra lengua; aun cuando alguna amiga me había comentado tímidamente algo sobre la historia. ¿Quieres saber cuáles fueron los elementos que me hicieron coger este libro y devorarlo cada noche? La película y una inquietante impresión que tenía mi hermano sobre el argumento: es como si fuera una de las historias de no terror de Stephen King.
Dos recomendaciones de lo más dispares y que puede choque mucho con el parecer de algunos de los que hayan leído la novela de Allende. Por un lado surgirá esa confrontación famosa entre si es mejor la peli o el libro. Pues qué quieres que te diga, una película con semejante reparto, música y dirección no se queda en absoluto coja. Además, salvo licencias y variaciones propias del cine, creo que capta con total fidelidad y respeto la trama de la novela. Al igual que muchas veces el cine rompe el ritmo narrativo o el drama que el escritor ha conseguido plasmar en su libro, en este caso no sucede así. A veces puede conseguir mejorar ciertos elementos que funcionan mejor en cine que en la novela. A mí, por ejemplo, me gusta más la idea que tratan en la película de repartir el drama, en lugar de en tres generaciones, Clara, Blanca y Alba (madre, hija y nieta respectivamente), tan solo en dos, siendo la madre y la hija quienes sostienen todo el peso dramático de los sucesos históricos. En la novela, en este aspecto, deja al personaje de Blanca en algo menos relevante para la historia.
Y por otro lado queda el elemento paranormal. Aquello que me gusta considerar la parte más «kingniesca». Y es cierto. Elementos muy comunes de las obras de Stephen King como los poderes de telequinesia y telepatía de Clara se muestran aquí en todo su esplendor. Es más, diría que King estaría dispuesto a vender varias de sus obras por las descripciones tan escalofriantes y detalladas que consigue Isabel Allende. La escena en la que el patrón, Esteban Trueba, llega a la habitación donde su madre yace en su lecho de muerte es de lo más terrorífica y sentida. Y lo de la cabeza… bueno, eso te dejo que lo encuentres en el libro si es que he conseguido motivarte a leerlo.
La editorial DeBolsillo vuelve a traer a los principales escaparates y estantes de las librerías esta belleza. Ha creado una nueva edición que estrena portada un tanto psicodélica y en versión para uso escolar con material educativo para su comprensión y estudio. Muy necesario tratándose de una novela que sitúa a la lengua española en un lugar privilegiado dentro de la literatura universal.
Vi decenas de veces la película antes de leer el libro, hará ya unos veinte años. Gracias a ‘La casa de los espíritus’ y ‘Como agua para chocolate’ me enamoré del realismo mágico.
Enhorabuena por la reseña, me has dado ganas de releerlo.
Saludos.
Hola, Esther.
Gracias por tu comentario. Ahora que me he abierto a esta escritora me pondré con El cuaderno de Maya, que lo tengo ya esperando en la estantería.
Un abrazo.
La casa de los espíritus, es un excelente libro. Siempre lo recomiendo.
Hola, Damián.
Desde luego a mí me lo pareció. Una escritora con muy buena técnica narrativa.
Un saludo.