Paul Pen. Me ha bastado con ver el nombre de este autor madrileño —aunque no lo parezca— en la portada, para interesarme por La casa entre los cactus; y pocas veces me pasa eso, al menos, con escritores actuales. Será porque hace cuatro años, cuando leí la inquietante sinopsis de El brillo de las luciérnagas y me lancé a comprarlo nada más salir a la venta, no me defraudó. Y por lo que apuntaba la sinopsis de La casa entre los cactus, había cierta similitud entre ambas novelas: «Elmer y Rose han creado una familia perfecta entre los enormes cactus de un remoto paisaje desértico, un hogar lleno de amor para sus cinco hijas, todas con nombres de flor: Edelweiss, Iris, Melissa, Dahlia y Daisy». Ahí estaba: una familia aislada del resto de la sociedad, ese terreno que tan bien exploró Paul Pen en El brillo de las luciérnagas. Aunque, en esta ocasión, la familia no está recluida en un sótano, sino que vive en una preciosa casa perdida en algún lugar del desierto de Baja California, México, allá por los años sesenta.
En este thriller psicológico, Paul Pen se vuelve a tomar su tiempo para presentarnos a los personajes y crear ambiente. Incluso cuando avanza la trama y aumenta la tensión, el ritmo es pausado. Al principio, todo en esta familia es idílico, pero enseguida notamos discordancias que nos hacen sospechar que nada es lo que parece. La inesperada llegada de Rick, un joven excursionista en busca de refugio, será el detonante para que los secretos guardados durante años salgan a la luz. Y también para que cada uno de los miembros de esta atípica familia muestre sus verdaderas motivaciones.
La casa entre los cactus es una de esas lecturas que atrapan y se leen rápido, pero que no se olvidan pronto. Sobre todo porque algunas escenas protagonizadas por determinado personaje (que nos desvelaré para no destripar la novela) pueden incomodar al lector. Incluso el propio desenlace está lejos de ser el esperado. Reconozco que esos pasajes me descolocaron y fueron los culpables de que me decepcionara un poco la novela en su conjunto, pero en el fondo creo que la intención del autor ha sido salirse de la norma, y me parece muy valiente por su parte. Habrá lectores que consideren escandalosos esos episodios, y otros que simplemente los leerán como parte de la ficción, sin ver en ellos justificaciones a conductas más que cuestionables. En mi opinión, la literatura no debería constreñirse a lo políticamente correcto ni a nuestros esquemas morales, porque si no, perdería su razón de ser. Y La casa entre los cactus es un libro que tiene mucho que decir dentro de ese debate, por lo que daría bastante juego en cualquier club de lectura.
Sea como sea, Paul Pen es un autor a tener en cuenta en el panorama español (y a nivel internacional, vista su repercusión en EE. UU.). Parte de premisas sugerentes y se maneja con habilidad en la narración para que sus historias se devoren. Y, además, es capaz de romper los esquemas. Yo lo tengo claro: cuando vuelva a ver su nombre en la portada de un nuevo libro, lo leeré.
Allá voy yo también . Lo leo seguro
Espero que te guste, Marta.
Saludos.
El brillo de las luciérnagas me fascinó. No veo la hora de leer su nuevo libro.
Saludos!
Hola, Celeste:
Espero que disfrutes de este también.
Saludos.
Si es de Paul Pen seguro que vale la pena leerlo. Me encantó El brillo de las luciérnagas y también El aviso.
Hola, Therwis:
Si te gusta tanto Paul Pen, apuesto a que este también te gustará.
Saludos.