Que si cine, que si neurociencia, que si física cuántica, que si filosofía, que si psicología, que si vidas de escritores, que si embarazos… En más de una reseña ya os he demostrado que soy curiosa y que me encantan los libros que me hacen aprender, sean del tema que sean. Y mi colección de obras de divulgación acaba de aumentar gracias a La ciencia pop, el primer libro de Gabriel León, bioquímico y doctor en Biología Celular y Molecular.
Este científico con alma de escritor se fijó en que los artículos que leía se ceñían a mostrar los resultados de las investigaciones, pero en ellos no se podía entrever si dichas investigaciones habían quitado el sueño a sus autores, les habían supuesto un enfrentamiento con sus colegas o habían repercutido de alguna manera en su ámbito familiar. En definitiva, no mostraban el lado humano de los científicos, el contexto histórico, social y personal en el que se movían y que, en más de una ocasión, eran decisivos para que hicieran sus descubrimientos. Así que Gabriel León se dedicó a recopilar las historias ocultas de la ciencia que ha ido conociendo a lo largo de su trayectoria laboral, para darlas a conocer.
Como el resto de libros de mi colección, La ciencia pop se caracteriza por su tono de humor y por su selección de historias sorprendentes. Por ejemplo, que las fresas que comemos hoy en día nunca existieron en la naturaleza, que algunos de los alimentos que consumimos a diario eran tóxicos hasta que el ser humano los domó y que la intolerancia a la lactosa no es una enfermedad, sino que somos los tolerantes los que tenemos una mutación genética.
Por supuesto, hay una buena ración de historias surrealistas, esas que tanto me gustan: palomas que estuvieron a punto de guiar misiles; el revuelo que formó un señor al que le dio por hacerle la prueba del polígrafo a las plantas; la prohibición de comer patatas porque no estaban descritas en la Biblia y, por tanto, Dios no tenía planeado que la gente las comiera, o por qué a un sándwich se le atribuyeron poderes místico-religiosos y se vendió en Ebay por una millonada.
Gabriel León no solo relata historias curiosas, también nos instruye contándonos cómo se fraguó el mayor fraude médico de la historia (y que, desgraciadamente, aún tiene partidarios acérrimos), cuál fue el primer fármaco transgénico aprobado para el uso humano, cuál fue el primer árbol que se patentó o el origen de la vacunación. Esta última historia ya me la sabía, gracias a la preciosa novela de María Solar, Los niños de la viruela, que reseñé en su día. ¿Qué queréis? Mi tendencia a leer libros que me den culturilla general hace que siempre me sepa varias de las anécdotas que se comentan en estos libros recopilatorios.
Si queréis descubrir historias de la trastienda de la ciencia, esas que nunca se mencionan en los rigurosos y asépticos artículos de investigación, no dejéis escapar La ciencia pop, de Gabriel León. Una lectura divertida e instructiva a partes iguales.
1 comentario en «La ciencia pop, de Gabriel León»