Reseña del libro “La cita y otros cuentos de terror”, de Emilia Pardo Bazán
Dice Care Santos en la contra de este libro que estas páginas contienen una invitación a la sorpresa y admiración y que si nunca se ha leído a la Bazán nos envidia pues nos espera un auténtico festín literario.
Y no se equivoca. De Bazán hasta ahora creo solo había leído un cuento y aunque no recuerdo nada de él, ni siquiera el título, sí que me quedé con un post-it mental para que reparara en un futuro el error de no haber leído nada de entre la prolífica producción de la gallega.
Por otra parte, si hay algo que me cabrea es que me engañen, me timen o me exageren. No me gustan las fajas grandilocuentes ni los títulos engañosos. En La cita y otros cuentos de terror tenemos un total de diez cuentos, pero por mucho que tanto humor como terror sean subjetivos, de terror, terror, o, ampliando el campo a “miedo”, solo la mitad lo producen o, mejor dicho, sobre ello versa la temática.
Que lo cierto es que no me ha importado porque la chiquilla escribe bien y sin rodeos innecesarios, yendo directo al asunto de cada cuento sin pedantería ni florituras y sin que eso signifique descuidar la forma, con el encanto añadido del castellano de finales del siglo XIX y principios de XX.
Pardo Bazán tiene la habilidad de meterte de lleno y sin que te des cuenta en la historia que te quiera contar. Es como Morfeo ofreciéndole a Neo la pastilla roja o azul, solo que aquí no tienes opción y una vez que posas los ojos en la primera frase ya te has hecho adicto a la particular matrix de la escritora.
Los cuentos son deliciosos por las historias que cuentan, por su vocabulario, por las sensaciones que despiertan los poco habituales temas que se tratan y por su excesiva brevedad. Se hacen cortos, sí. Demasiado. Y eso solo quiere decir que la pastilla ha hecho efecto.
Desde donjuanes en apuros (no de amor precisamente) y fábulas vitales acerca del perdón –por muy putas y muy traicionado que haya sido el prota–, a robos de joyas sin mover un músculo, sospechas de asesinato por no descubrir a una “dama”, un buen cuento de vampiros, una peculiar y protectora madrina, una herencia puesta a prueba entre hermanos, un irónico final para un enamorado del cementerio local, una resucitada y un amor por el que matar o no es lo que encontraremos en estas pequeñas pero absorbente piezas.
La edición de Nórdica es un regalo. Tapa dura, un tamaño muy manejable y unas ilustraciones a cargo de Elena Ferrándiz que captan la esencia de cada relato y que por sí solas recuerdan a las mismas viejas sensaciones que me provocaban algunos de los cuentos de Poe, pese a ser muy distintas la prosa de uno y otra.
La cita y otros cuentos de terror es una buena oportunidad para acercarse a Emilia Pardo Bazán y pasar un buen rato inmerso entre sus letras. Y, si además se va precavido sabiendo que no todos los cuentos son de terror, la lectura será aún más gozosa al no generar expectativas equivocadas.
Recomendable.
Para mi, leer a Pardo Bazán es siempre una sorpresa, porque sus escritos son muy diferentes a lo que se espera de una escritora de su época. En este recopilatorio está, por ejemplo, “La Resucitada” que es sin lugar a dudas una relato que no se olvida facilmente.