La cornada, de Dionisio Rodríguez
Me considero un lector bastante heterodoxo, y pese a tener mis géneros preferentes, de vez en cuando me gusta cambiar de aires y leer algo totalmente opuesto a mis gustos, pues pienso que la variedad ayuda a la madurez del lector. Estos “garbeos” me gusta, además, dármelos por esas editoriales más modestas, apartadas de las grandes marcas que, en su apuesta por la calidad, están dando la oportunidad a muchos escritores de hacer llegar sus obras al gran público.
Y en esta ocasión, el cambio de aires me ha llevado a leer La cornada, primera novela que publica Dionisio Rodríguez. Aunque nunca me he sentido especialmente atraído por el mundo de la tauromaquia, tampoco me reconozco dentro de las protestas que en los últimos años han llevado a cabo los antitaurinos. Como bien decía Ortega y Gasset, y así aparece reflejado en el libro, “La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda.” Puede que esa ligazón poco a poco empiece a romperse, pero no por ello deja de ser cierta la afirmación del insigne filósofo.
La Cornada, más allá de su llamativa portada y su contexto eminentemente taurino, es una historia de amor a tres bandas. Por un lado, dos toreros, amigos de la infancia y rivales en la vida, Ricardo Páez El Cortijero y Curro Infante. Y al otro lado, Luz Quintana, muchacha angelical por la que suspiran los dos diestros. Todo esto contado en el presente a través de la figura de Lucho Santamaría, amigo de los tres protagonistas y antiguo miembro de la cuadrilla de los toreros, en una entrevista concedida a un periodista que poco a poco irá desgajando la historia.
Lucho Santamaría, que en principio parece una pieza secundaria del rompecabezas, se convierte con la narración de los hechos en el personaje principal de La Cornada. Su personaje aglutina en torno a él todos los sentimientos posibles, desde los más viles hasta los más loables, siendo su retrato el más completo de los cuatro que conforman la novela.
Dionisio Rodríguez divide la novela en capítulos siguiendo el orden en que se estructura una corrida de toros. La historia está bien construida desde el primer momento, captando la atención del lector. Según avanza la historia, la narración va cogiendo madurez y el ritmo de la misma se eleva hasta llegar a un final contado con una maestría digna de alabar. Y entre medias, toda una enciclopedia de la tauromaquia que hará las delicias de todos los aficionados a este arte. El autor no solo escribe una buena historia, también la documenta con cientos de datos, nombres, fechas y términos taurinos, que salen a relucir según se desarrolla la conversación entre Lucho y el periodista.
Por lo tanto, si sois aficionados al mundo del toro, sé que no fallaré si os recomiendo leer La Cornada. Y si no lo sois pero queréis disfrutar de una buena novela y una gran historia de amor, tampoco deberíais perderos este libro de Dionisio Rodríguez. Porque (toros aparte) más cornadas da la vida, y si no que se lo pregunten a sus protagonistas.
César Malagón (@malagonc)