Reseña del libro “La Corte de la Alta Montaña: Las cinco coronas de Okrith 1”, de A. K. Mulford
Hace poco os decía que últimamente había dejado a un lado las sagas y me estaba decantando por los autoconclusivos. Pues nada, he vuelto a caer. He sido débil y me he adentrado en una nueva saga. Pero, ¿cómo no hacerlo si tiene todo lo que me gusta? Brujas, faes, reinos, mentiras, secretos, poder, lucha, venganza y plot twists de infarto.
La Corte de la Alta Montaña, primera entrega de Las cinco coronas de Okrith, nos ofrece todo eso y más a lo largo de casi trescientas cincuenta páginas perfectamente desarrolladas por A. K. Mulford, autora a la que acabo de descubrir y que me ha dejado con ganas de más después de beberme este primer volumen casi de una sentada.
En Okrith tenemos cinco Cortes: la Corte Norte, la Corte Este, la Corte Oeste, la Corte Sur y la Corte de la Alta Montaña. Como veis, la autora juega con los cuatro puntos cardinales y le añade esa Corte de la Alta Montaña para darle un toque de originalidad a la historia. Pero, realmente y siendo sinceros, esta novela tiene muy poco de original, y aún así engancha porque juega muy bien sus cartas y sabe mezclar divinamente los ingredientes que tiene a su disposición.
Digo que no hay originalidad porque los elementos que aparecen en esta historia los hemos visto tropecientas veces en otras novelas del mismo género: el romantasy. Sí, ese que aúna fantasía con romance. Pero, como os digo, aunque todo lo que encontremos aquí nos sea familiar, si os gustan las protagonistas fuertes y luchadoras, respondonas y echadas para adelante, los príncipes fae guapetones y pícaros, los reinos divididos, las luchas de poder, los villanos, los personajes secundarios interesantes y con mucho que decir, la búsqueda de amuletos y los giros sorprendentes, La Corte de la Alta Montaña os va a entretener mucho.
En esta historia encontramos a Remy, una bruja roja que lleva trece años huyendo del rey de la Corte Norte, que masacró a su familia y se apoderó de la Corte de la Alta Montaña. Y es que cada Corte dispone de un tipo de brujas, siendo las rojas las de la Alta Montaña, y se dice que ya no quedan brujas rojas en Okrith… solo Remy. Así que esta lleva años infiltrada entre las brujas marrones, unas brujas curanderas.
Sin embargo, un día aparecen cuatro guerreros fae en el lugar donde trabaja Remy junto a Heather, que es como una madre para ella, y Fenrin, su mejor amigo. Remy intenta huir pero termina secuestrada por los fae, siendo uno de ellos Hale, el apuesto príncipe bastardo de la Corte Este, que le asegura querer acabar con el rey de la Corte Norte para traer la paz a Okrith. Pero no puede hacerlo solo, necesita la ayuda de una bruja roja.
Así, Remy tendrá que depositar su confianza en los fae, criaturas de las que siempre se ha mantenido alejada, para intentar salvarse a sí misma. Ella deberá ayudar a Hale a localizar las reliquias perdidas para que la Corte de la Alta Montaña resurja de sus cenizas.
En fin, como ya os he dicho, aquí no hallaréis nada nuevo, sino más bien una mezcla que funciona a las mil maravillas de Una corte de rosas y espinas, Un reino de promesas malditas, Asesino de brujas e incluso de Canción de hielo y fuego.
Eso sí, os lo vais a pasar fenomenal porque hay acción desde los primeros capítulos y se tocan temas como la confianza en uno mismo y en los demás, la lealtad, la amistad y el amor. Asimismo, los personajes, tanto principales como secundarios, tienen personalidades fuertes, distintas y atrayentes.
Lo único que me ha rechinado un poco es que la relación de amor de los protagonistas no es del todo creíble, ya que comienza como un enemies to lovers que en realidad no termina de serlo y a mí eso me desinfló. Aun así, sí que me gustaron las escenas hot y cómo las introduce la autora.
También, tanto el espléndido mapa como el fabuloso worldbuilding y el sistema de castas y colores vinculados a los distintos tipos de brujas, son aspectos que me han gustado mucho, por lo que está claro que A. K. Mulford sabe bien cómo atrapar a los lectores de romantasy. Y es que no tengo nada malo que decir de su prosa, que es fresca y adictiva, por no hablar de los asombrosos giros con los que nos vamos topando según nos acercamos al final del libro.
Pero vamos, aunque el final queda más bien cerrado, os puedo decir que La Corte de la Alta Montaña es solo el principio de una saga de coronas, magia, intriga y pasión que ansío seguir descubriendo.