Reseña del libro “La Deseada”, de Maryse Condé
En la cubierta de La Deseada, de Maryse Condé, aparece una niña —preciosa, por cierto—, lo que quizá te haga pensar que el título se refiere a ella, pero no. La Deseada es una isla del mar Caribe que pertenece a la región francesa de ultramar, y es allí donde nacen las protagonistas de esta historia. A lo mejor tú ya sabías de la existencia de esta isla, pero yo, una negada en geografía, me he enterado leyendo la novela.
El nombre de la isla es de lo más irónico porque es yerma y, en principio, no debería desearla nadie. Sin embargo, la bautizaron así porque fue la ansiada tierra que vieron surgir del mar los marinos de Cristóbal Colón. Y es igual de irónico que La Deseada sea el título de la novela, porque las mujeres de esta saga familiar son hijas no deseadas, y el abuso, la violencia y la pérdida son el pan de cada día para ellas. Nadie las quiere bien, a veces, ni ellas mismas.
La vida de Marie-Noëlle es el puzle que vamos armando capítulo a capítulo, a través de los relatos contradictorios y las confesiones de varios personajes. Para la niña, sus orígenes son una incógnita: no sabe quién es su padre y no guarda ningún recuerdo de su madre, que se fue a trabajar a Francia cuando ella era muy pequeña. Sin embargo, al cumplir diez años, recibe una carta de su madre, que le pide que se reencuentren en París. Ni la convivencia sirve para que sepa quién es esa mujer a la que no le une ningún afecto, y sus dudas sobre su pasado solo aumentan. Los años pasan y, en su búsqueda de raíces o de un futuro distinto, emigra a Estados Unidos, la supuesta tierra de las oportunidades.
La Deseada no solo relata las penurias de estas mujeres, sino que es una reflexión sobre la identidad, la maternidad, la raza, la migración, el género y la injusticia social. Fue premiada con el prestigioso Prix Carbet de la Caraïbe en 1997 y Maryse Condé obtuvo en 2019 el Premio Nobel alternativo de Literatura, que se impulsó tras la suspensión un 2018 del auténtico Nobel por los escándalos de abusos sexuales.
La verdad es que esta autora escribe de maravilla y todos los temas que aborda en La Deseada me interesan. Por eso, página tras página me preguntaba por qué la historia no lograba atraparme del todo. Y creo que se debe a que es pura narración, apenas hay un par de diálogos en sus trescientas veinte páginas. Se suceden los personajes que va conociendo Marie-Noëlle y la vida misma: enfermedades, viajes, estudios, relaciones sentimentales, decepciones, amistades… Pero todo se cuenta, no se detiene a mostrarnos nada con mayor detalle, y por eso la lectura me pareció algo densa. Sin embargo, esto no lo digo como punto negativo, sino como advertencia: La Deseada es una lectura para degustar poco a poco, sin esperar giros inesperados ni golpes de efecto. Si estás por la labor de dejarte llevar sin prisas por la prosa de Maryse Condé, en esta novela encontrarás un retrato de pasados desgarradores, pero sobre todo una reivindicación de un futuro mejor.