Reseña del libro “La ecuación del amor”, de Helen Hoang
La ecuación del amor es el primero de una serie de tres libros autoconclusivos que nos narran el principio de la vida amorosa de tres personajes con lazos familiares, Michael y sus dos primos, Quan y Khai.
Una nueva edición publicada de la mano de Titania, de la autora Helen Hoang.
Stella, una econometrista con mucho éxito, decide que debe “aprender” a tener relaciones sexuales y a estar con un hombre después de que sus padres le incitan en buscar pareja. Para ello, contrata a un acompañante sexual que la enseñe. Pero cuando el momento llega, es incapaz de continuar y acuerdan varias sesiones para conseguir que ella disfrute del sexo. Durante ese tiempo ambos desarrollan sentimientos y lo que empezó como una simple relación falsa para aprender, termina por ser mucho más.
He de decir que tenía miedo de releer La ecuación del amor. En su momento me gustó mucho y temía que al volver a leer ya no tuviera la misma impresión. Pero contrario a lo que creía, me he emocionado y he disfrutado como la primera vez. Helen y sus libros no decepcionan.
Solo la premisa de la novela ya resulta tentadora y atrapante, pero si a eso le sumas lo fácil y rápido de leer que es, resulta casi imposible soltarlo. Terminé el libro al poco tiempo de empezarlo y se me hizo tan ameno que no noté que estaba en el final hasta que llegué a la última página.
He disfrutado especialmente la inclusión del libro y cómo ciertos temas se reflejan. Temas como la cultura de los personajes y sus costumbres. Micheal es mitad cantonés y mitad vietnamita y a lo largo del libro se describen detalles de sus costumbres que uno no suele conocer de primeras. Aprender sobre las costumbres de los personajes y su cultura me ha ayudado a conectar más con ellos y sentirme más identificada.
Stella, la protagonista, es autista por lo que se enfrenta a dificultades a la hora de socializar y enfrentarse a multitudes de gente. Es una mujer que recurre a la lógica y la estadística para tratar de entender y solucionar todo lo que surge en su vida. Alguien que llega a ser recurrente incluso sin pretenderlo.
Es la primera vez que leo desde la perspectiva de alguien con autismo y he aprendido muchísimo con respecto a esta condición. Una condición sobre la que se tiene muchos estereotipos erróneos que se desmienten durante el desarrollo de La ecuación del amor.
También es de las pocas protagonistas ricas, económicamente hablando, que leo, y he de decir que lo he disfrutado mucho puesto que es alguien muy humilde a quien apenas se le nota su posición. Además de que en este caso no es el interés amoroso quien la “consiente” y compra cosas caras, si no lo contrario.
Michael, el interés amoroso, es un hombre fiel que se preocupa excesivamente por sus seres queridos. Un hombre que carga sobre sus hombros los problemas de todos como si fuera todo su responsabilidad, algo que le acaba pasando factura y consumiendo. Michael siente la presión constante de ser mejor hombre de lo que fue su padre, además de hacerse cargo de toda su familia y los gastos médicos de su madre.
Es alguien que a pesar de que su trabajo requiere de ser seguro de sí mismo y contar con una actitud firme, siente la inseguridad de no ser suficiente o no estar haciéndolo bien constantemente. Me he sentido especialmente conectada con este personaje y sus dificultades.
La ecuación del amor tiene una narración limpia, clara y concisa. Va al punto sin rodeos pero sin llegar a ser apresurado ni saltarse descripciones necesarias. Tiene una trama bien construida y personajes interesantes que reflejan la realidad.
En definitiva La ecuación del amor es un libro que recomiendo si te interesa el romance, pero sobre todo si te gusta aprender sobre temas que desconocías.