Llevo tres años escribiendo reseñas para Libros y literatura. Con este libro alcanzo las trescientas reseñas. Eso hace una media de cien libros al año, y un curioso 8,3 periódico puro al mes. No es que me obsesionen las cifras, pero sí que creo en las casualidades y el hecho de que La edad del consuelo sea mi reseña número 300 es algo que, en cierto modo, voy a tomarme de manera personal. Quizá porque, además de las cifras de antes, también estoy cerca de alcanzar mi propia edad del desconsuelo y eso es ya algo más complicado y difícil de digerir. Pero iré por orden.
La edad del desconsuelo, publicado por la editorial Sexto Piso, es obra de la autora californiana Jane Smiley, quien ha escrito más de veinte libros de ficción y ensayo. Forma parte de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras y ha recibido, entre otros, el Premio Pulitzer de narrativa y el Premio Nacional de la Crítica por su novela Heredarás la tierra. Personalmente, nunca había leído nada de ella, pero a partir de ahora, voy a tener a esta autora muy presente.
Publicado en 1987, este libro es una brillante reflexión sobre la cotidianidad, el desgaste de la convivencia y el amor. Cuando Dana, desde el asiento trasero del coche deja escapar un “nunca más volveré a ser feliz”, su marido Dave, sin abrir la boca, comprende que las palabras que su mujer acaba de pronunciar son el comienzo del fin. Todo aquello por lo que habían luchado juntos se tambalea: sus trabajos, su matrimonio, su familia y la vida común que ambos habían construido. Convencido de que Dana está enamorada de otro hombre, Dave decide no intervenir, evitar que su mujer se dé cuenta de que él lo sabe para salvarse así del naufragio.
“Tengo treinta y cinco años y creo que he alcanzado la edad del desconsuelo. Otros llegan antes. Casi nadie llega mucho después. No creo que sea por los años en sí, ni por la desintegración del cuerpo. La mayoría de nuestros cuerpos están mejor cuidados y más atractivos que nunca. Es por lo que sabemos, ahora que – a nuestro pesar- hemos dejado de pensar en ello. No es sólo que sepamos que el amor se acaba, que nos roban a los hijos, que nuestros padres mueren sintiendo que sus vidas no han valido la pena. No es sólo eso, a estas alturas tenemos muchos amigos y conocidos que han muerto; todos en cualquier caso, tendremos que enfrentarnos a ello, antes o después. Es más bien que las barreras entre nuestras propias circunstancias y las del resto del mundo se han derrumbado a pesar de todo, a pesar de toda la educación recibida. (…) Tengo entendido que después se llega a la edad de la esperanza o, al menos, de la resignación. Pero sospecho que para eso tiene que pasar bastante tiempo.”
Y justo en esa edad, que Dave califica como la del desconsuelo, es cuando el mundo que hasta ahora había conocido y en el que se sentía seguro empieza a hacerse añicos. El resto es pura delicia. A veces divertido, otras trágico, el relato de Jane Smiley en La edad del desconsuelo es pura vida, un reflejo real de las etapas por las que trascurre una relación de pareja acomodada que ve caer los cimientos sobre los que se ha fundado. Una maravilla.