La Emperatriz de Roma

La Emperatriz de Roma, de Luke Devenish

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Siempre he sido muy sincero escribiendo mis críticas, y este caso no podía ser una excepción. Hace un par de semanas hallábame tranquilamente paseando, divagando acerca de este libro y afilando mis colmillos pensando en la mejor manera de llegarle a la yugular sin compasión. No había llegado a las 70 páginas, pero me invadía la sensación de que la traducción era más que mejorable, de que a esas alturas los personajes ya debían tener cuerpo, y la historia más sentido.

Pasaron un par de días, actuó mi bendita paciencia, y poco a poco dejé de pasarme el hilo dental entre molares y premolares para pasar a entrenerme con el libro. La Emperatriz de Roma tornaba a cobrar un sentido, los encabezados de cada capítulo empezaban a dibujarme el escenario, y el velo de sordidez inicial dejaba paso a una Roma cruel y apasionante.

Hace algunos años, todos visualizábamos a Roma y a sus romanos como el cúlmen de la civilización, la educación y el buen hacer político. Togas limpias, legiones victoriosas, caudillos aclamados y gloria. Mucha gloria. Entonces llegó a las pantallas Gladiator, de Ridley Scott, y puso el mundo patas arriba con legionarios combatiendo entre barro, sangre y fuego. La tierra con la que Maximus prepara sus manos para la batalla, se retrataba como el fango de ambición y traición en el que el el Senado y los poderosos se zambullían para mayor gloria de Roma.
Y luego la HBO y la BBC trajeron Rome, la serie que pondría el atrezzo definitivo para representar con veracidad lo que realmente era el día a día en la capital de occidente. En sus escenas se cocía el auténtico sabor de Roma. Toda la sordidez, el sexo y las conjuraciones al servicio de la más alta exquisitez y educación. Simplemente genial.
Y este es el sendero por el que nos guía Luke Devenish para acercarnos al nacimiento del primer emperador de Roma, Octavio, allá por el 27 a.C. Esta es la narración de una de las mayores historias jamás contadas, y empieza aquí.

El autor pone voz a Íficles, esclavo de la casa de los Claudios, testigo privilegiado de las tramas e intrigas que llevan a sus amos desde la más oscura ignominia en su huída de Roma tras la muerte de Julio César, hasta su ascenso a la gloria años después. Y es también la historia de Livia Drusila, la mano femenina que llena de ambición, de astucia y belleza, prepara el camino para que sus herederos graben sus nombres para siempre en los altares de la Historia.

Agonalia Ianuarius, 13, a.C. Nueve años más tarde: el Senado vota para designar al Primer Ciudadano César Augusto Imperator durante cinco años más. Él acepta“.

Así empieza uno de los capítulos del libro, y de forma similar comienzan el resto de ellos. Luke nos sitúa en el tiempo y nos dibuja el hecho más destacado de esa época para ponernos en contexto. A partir de ahí, sigue con su narración. Y aunque al principio no encontraba mucho sentido a esta suerte de introducción, lo cierto es que poco a poco te acostumbras, hasta que llega a formar parte de la lectura y terminas esperando benevolente la siguiente introducción.

He de decir que esta obra es la primera de la trilogía “Empress of Rome”, que comienza con este libro (del original “Den of Wolves” -Guarida de Lobos-), y que continuará con “Nest of Vipers” (habrá que esperar a la traducción de la editorial, pero debería ser algo como “Nido de Víboras”). En su siguiente entrega, Luke Devenish promete continuar con la historia donde la dejó, con Tiberio, Sejano y Calígula preparados para hacer de las suyas y regalarnos alguno de los mejores momentos de la Historia de Roma. Los acontecimientos ya los conocemos, los actores forman parte de la Historia y, al igual que hace en este libro, Luke promete enseñarlos la trastienda en la que se fraguó el poder y la gloria que todos ambicionaron y, algunos, disfrutaron.

Y siguiendo con la edición del libro, es de agradecer la presencia de los árboles de familia de los Julios, los Claudios… con los que el libro nos abre sus puertas. Sin embargo, me hubiese gustado ver unos diagramás más cuidados gráficamente, y de mayor belleza a ser posible. En cualquier caso, en vuestras manos tendréis un libro entretenido, rebosante de Historia, de intrigas, del esplendor más grande y de una pequeña vorágine de lujuria y lascivia que por momentos te atraerá, en otros te desagradará, y en ninguno te dejará indiferente. Roma en estado puro.

Francisco Sánchez Cid (twitter: @LightMyWay78)

6 comentarios en «La Emperatriz de Roma»

  1. Muy buenas Ale!!
    Encantadísimo de tenerte por aquí. De corazón te digo que tu blog es uno de mis favoritos, así que doblemente gracias por tu comentario.
    En general, creo que he leído mejores libros de novela histórica (dentro de poco reseñaré Abderramán III, de Magdalena Lasala, que acabo de leer y es una obra maestra…). Sin embargo, este libro tiene cierto tirón… hay algo de prohibido, de políticamente incorrecto, que te lleva de nuevo a sus hojas en oleadas.
    Un abrazo!

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  2. ¡muchas gracias! haces que me infle como pavorreal. Te cuento que he escuchado excelentes comentarios de ese libro de Magdalena Lasala. Estaré al pendiente de tu reseña de él. Y este lo ando buscando…no estuvo físicamente en la librería, hoy voy a otra más grande y si no está lo encargaré 😉

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  3. No he podido resistirme a leer tu crítica antes de escribir la mía y he de decirte que has vuelto a sorprenderme con tu análisis incisivo. Me gusta la forma en que diseccionas las obras que reseñas y las pistas que nos aportas para que decidamos si la novela puede gustarnos o no. Gracias, de nuevo.

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  4. Hola Gemma!
    Un placer tenerte por aquí.
    Me alegra muchísimo que encuentres acertada mi reseña y, por supuesto, quedaré pendiente de tu crítica para ver si coincidimos al menos un poquito en nuestra visión.
    De hecho, si quieres poner por aquí el enlace a tu crítica… así los lectores tendrán otro punto de vista más para decidirse 🙂
    Un abrazo y gracias!

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