Hace un rato comentaba con alguien este libro y le decía que para mí era «un por fin en toda regla». Y es que sé, y acepto, que muchas de las personas que lean esta reseña se/me digan que llego bastante tarde a La escala de los mapas de Belén Gopegui, y seguramente tienen razón. Tienen razón y no, porque sí, sé que han pasado años, 25 en concreto, casi los que yo tengo, pero también sé que muchas veces pienso, cuando un libro me pega tan fuerte como este, en si el haberlo leído en otro momento, el no haberlo leído nunca, el no saber de su existencia, el tenerlo siempre ahí encima sin entrar en él, hubiera sido igual. Puedo decir, recién entrados en abril y con unos cuantos libros ya leídos este año, que esta ha sido la lectura que más he disfrutado de 2018. Ojalá sigan las sorpresas. El mundo literario es un buen lugar para ello. Y todo gracias a la recuperación por parte de Literatura Random House de este libro que en ocasiones puede llegar a hacerte pensar que un alter ego tuyo, con aptitudes de escritor, lo ha escrito en otra vida, en otro momento, en otra realidad, para decirte lo que eres capaz de llegar a sentir.
Como digo, Literatura Random House recupera en este 2018 La escala de los mapas, la gran novela de Belén Gopegui, en una edición 25 aniversario en tapa dura y acompañada por un epílogo de la propia autora que suma delicia a lo que parece no poder dar más de sí. Para quien todavía no la haya leído (¡qué envidia!), se podría decir que La escala de los mapas es una carta de amor a esa persona que siempre hemos querido/pedido/deseado que nos acompañe en vida. Todo narrado por la fuente de ese amor puro y desbocado, que es Sergio Prim. Creo que todos hemos sido alguna vez Sergio Prim, sino siempre, y todos hemos querido/pedido/deseado alguna vez una Brezo Varela, sino siempre.
Sergio Prim es el desdoble, a veces cóncavo, a veces convexo, de un hombre que ha sido conquistado completamente por su mente. Si una nariz pudo ser un hombre dentro de un cuento ruso, cómo no va a poder serlo una mente bajo las líneas repletas de bellas palabras de Gopegui. La escala de los mapas es la confesión de alguien para quien el amor hacia una mujer es el compás de su vida, es la pauta de su camino, las huellas donde pisar para poder seguir avanzando. La excusa, la venda, el disfraz de este amor escrito es una vida de geógrafo triste que busca poder encontrar algo que él cree que existe: el hueco. ¿Y qué es el hueco? Pues verás, ¿alguna vez has sentido que la multitud no era un conjunto contigo? ¿Alguna vez te has dado cuenta de que si existiese la soledad habitarías a fondo en ella? Ese es el hueco que busca Sergio Prim, aunque siempre camine hacia su admirada, su midons, Brezo. ¿Y si fuera ella?
Iba a decir que lo que me parece más admirable del libro es cómo Gopegui consigue expresar de manera magistral un sentimiento tan usado y manoseado como es el amor en la literatura. Pero no, seamos sinceros, lo que me parece admirable es que haya conseguido escribir esto con 30 años. No me queda mucho para cumplirlos, alguna vez he debatido conmigo mismo si sería capaz de escribir algo decente y, de repente, Gopegui. No, no soy para nada capaz. Por otro lado, estoy seguro de que si Sergio Prim existiera y lo conociéramos la gran mayoría lo odiaríamos (de hecho, Gopegui en el epílogo se sorprende de que Prim no caiga mal a los lectores), pero ¿no es eso lo que pasa con la gran mayoría de genios? Es la mente de Prim lo que enamora, lo que engancha, y la mente solo es capaz de transmutarse en luz legible a través de los libros. Gracias a [inserte aquí su dios] por darme esta afición.
En definitiva, y aunque Prim tenga la suerte de (medio)conseguir ese amor suspirado que todos alguna vez hemos tenido (y que a la mayoría nos ha rechazado o ni siquiera nos ha sabido), creo que debo decir que es este un libro para todo aquel a quien alguna vez el corazón le ha latido más rápido, más lento, diferente, cuando ha visto a una persona de sexo contrario, igual o indefinido, pasar por su lado creando auto e inconscientemente un nuevo campo gravitacional entre los dos. La escala de los mapas es uno de esos libros piscina, en los que alguien se baña y queda para siempre dentro. Disfrutad de lo que cuenta Sergio Prim. Quizá consigue que digáis con vuestros sentimientos lo que he dicho yo con el libro (¿y si lo estaba diciendo también por los sentimientos?): «un por fin en toda regla». Hay libros que son consejo, señal, premonición, aviso y auxilio. Y libros que son todavía más. La escala de los mapas es padre y madre en ese festival de categorías.
Gracias por esta reseña. Me lo leeré. Acabo de terminar deseo de ser punk, de Belén Gopegui y me he quedado con ganas de más.
Hola, Manuel. Gracias a ti por leerla y comentar. Espero que disfrutes tanto como yo de la lectura de esta novela.