Reseña del libro “La fiesta”, de Margaret Kennedy
“La fiesta es un libro de misterio clásico sumamente original que reúne todos los elementos del género en una fábula oscura e ingeniosa inspirada en los Siete Pecados Capitales, y que recuerda a las mejores obras de Agatha Christie, Daphne du Maurier o P. D. James”.
Ese párrafo está en la contraportada. Ese párrafo fue el que me hizo querer leer este libro. Ese párrafo es una mentira de las gordas. No hay tal misterio. No huele a Agatha Christie por ninguna parte (no sé si hay partículas de du Maurier o P. D. James flotando en el ambiente porque no las he leído, pero desde luego que de la Christie, ni de puta coña hay rastro).
¿Qué hay entonces en La fiesta? Una crítica a la sociedad inglesa.
La acción sucede en Cornualles en 1947. Como cada año, un cura visita a otro cura amigo suyo para pasar las vacaciones de verano juntos dando paseos y jugando al ajedrez, pero este año el cura anfitrión está preocupado porque tiene que hacer un sermón fúnebre para los siete vecinos que han muerto al derrumbarse el acantilado sobre el hotel en el que estos se encontraban.
A partir de entonces vamos a conocer la vida de los habitantes de ese hotel durante la semana anterior a la catástrofe mediante breves capítulos dedicados a ellos.
Seremos partícipes de las intimidades de los miembros del servicio, la familia propietaria del hotel y los huéspedes entre cupones de racionamiento, aspiraciones literarias del chofer de una famosa escritora, amores y desamores de una sirvienta que se está recuperando de un romance acabado, el diario de un viejo amargado, noches al raso conversando entre varios huéspedes, un canónigo iracundo que salta a la mínima buscando guerra y su hija atada a él por compromiso, una familia de niños pijos adoptados, una madre muy pobre con tres hijas a las que no quiere, una sociedad secreta de espartanos, una figurita de ámbar negro, malvaviscos, una biblioteca de Derecho, unos niños que se ahogan pero no, unas cartas que no se han abierto y en donde tal vez se esté avisando de un inminente desastre, las ganas de morir de una anciana que de repente cambian a unas ganas locas de vivir y de ayudar a la gente, crisis matrimoniales, juegos de niños y preparativos de una gran fiesta que desembocará en la tragedia que se anuncia al principio del libro.
Al margen del desengaño del contenido expuesto en la contra puedo decir que el libro, a pesar de sus 444 páginas, se lee con mucha facilidad y rapidez. Esa cotilla que llevamos dentro, como la señorita Ellis, nos hace querer saber qué va a pasar con los personajes con los que llegamos a empatizar y sorprendernos de vez en cuando con algunas de sus reacciones. Sufrimos con la pequeña Blanche Cove y detestamos a Hebe. Queremos a Nancibel y Evangeline y odiamos a la señorita Ellis y al canónigo Wraxton…
En alguna parte he leído que la autora quería representar los siete pecados capitales. Yo creo haber detectado fácilmente cuatro de ellos, pero no sé, no soy mucho de ir a misa, y menos los domingos.
En resumen, si buscas en La fiesta un misterio o resolver un “quienlohizo”, te decepcionará. Si buscas lectura y entretenimiento del bueno, una prosa ágil y cuidada, unos personajes bien construidos y una trama poliédrica es tu libro.