“Nunca juzgues un libro por su portada.”
Creo que esto es lo que debemos decirnos a nosotros mismos siempre que nos encontramos ante un libro que nos engaña solo por su aspecto y no por su contenido. Recuerdo que descubrí esta novela en una vídeo reseña de una booktuber mexicana y lo que me llamó la atención no fue la portada, sino los temas que trataba y cómo hablaba de ella esta lectora. Así que decidí apuntármela en mi lista. Y es cierto que ya ha pasado incluso un año, pero sabía que llegaría el momento en el que la leería porque me transmitió algo que no todas saben transmitir, independientemente del género al que pertenezcan.
La guía del caballero para el vicio y la virtud no es precisamente una guía, ni trata de los vicios y las virtudes de los caballeros en pleno siglo XIX. Todo comienza cuando Monty, junto a su hermana Felicity y su mejor amigo Percy se embarcan en un Gran Tour por Europa,organizado por su padre, para conocer la cultura y las costumbres que le proporcionarán el conocimiento para convertirse en el lord que esperan que sea. Pero el verdadero objetivo de Monty en este viaje es beber, conocer a mujeres y hombres de todas las nacionalidades y salir de fiesta. Pero este tour no será lo que esperan, pues finalmente acabará poniendo en peligro las vidas de los tres.
Como veis, parece una historia sencilla, sin ningún elemento original, pero lo que más me ha gustado de ella es que va mucho más allá. Que lo que empieza con un viaje en el sentido estricto de la palabra, se convierte en un viaje que lleva a los protagonistas a convertirse en las personas que desean ser, haciendo frente a sus miedos en inseguridades, y plantando cara a todos aquellos que no les aceptan. Y esto es lo que me parece que la hace especial. No todos los libros juveniles son capaces de tratar estos temas de forma tan abierta. De exponer de forma tan sincera lo que nos lleva a los seres humanos a ser lo que somos realmente. Sin grietas, sin corazas. De la importancia de saber aceptarnos a nosotros mismos y a los demás, además de a la sociedad en la que nos ha tocado vivir.
Esta es quizás la magia que esconde, que comienza con su trama y la forma tan cuidada con la que está escrita, pero creo que se encuentra, sobre todo, en sus personajes. Empezando por Monty, un joven mimado que, a pesar de su carácter rebelde y fiestero, esconde multitud de miedos y solo desea ser aceptado por su familia. En el fondo es un personaje entrañable, pues te das cuenta de que ese deseo de saltarse las normas, esa coraza que construye sobre su corazón, esconde una empatía y una falta de cariño enormes. Por otro lado, tenemos a Percy, un joven que, al contrario que Monty, expresa de forma más abierta sus sentimientos y miedos, puesto que nunca ha recibido el favor de su familia ni de las clases altas de las que estos se rodean solo por ser de raza negra. Él no expresa su disconformidad como Monty, llamando la atención, sino que acepta tristemente su destino. Por último, Felicity, es una niña de 15 años que estudia Medicina a escondidas puesto que no es lo que por entonces su familia creía que se esperaba de una dama.
Estos tres inadaptados, que no encajan en la época, se encuentran ante situaciones a lo largo de la historia que dejarán ver todos estos miedos e inseguridades, hasta sentirse en la obligación de tener que enfrentarse a ellas para sobrevivir en todos los sentidos. Y me ha encantado porque además se refleja en una narración impecable por parte de la autora. Todo está contado de una forma tan íntima y madura y a la vez tan tierna e inocente que hace que sea tan fácil de leer… Porque te hace empatizar con las situaciones, los personajes y la historia en todo momento; de manera que parece que te traslades al siglo XIX para vivir todas sus aventuras y desventuras junto a ellos.
Y además, si le sumamos cómo trata el tema de las relaciones LGTB en la época, es algo que también ha llamado especialmente mi atención. La autora nos relata, de forma paralela, cómo la sociedad castiga ese tipo de sentimientos y cómo se enseñaba a los jóvenes para que los reprimieran y, por otro, la historia de una relación homosexual de una forma tan abierta e increíblemente real, tierna y natural. Y creo que es muy importante que este tema se introduzca de esta forma en las lecturas juveniles, que deberían formar parte de la educación de todos los jóvenes del mundo, para iniciarles al respecto y la tolerancia.
A veces, necesitamos leer novelas como La guía del caballero para el vicio y la virtud para experimentar esa sensación que dejan siempre nuestros mejores recuerdos. Esa sonrisa en la cara y esa tranquilidad que te acompaña cuando sabes que estás en paz contigo mismo. Que sea cual sea la decisión que has tomado, la has tomado tú mismo y nadie lo ha hecho por ti. Y me ha encantado cómo lo ha transmitido esta autora a través de la historia y de sus personajes, que me han recordado tanto a cómo somos en la adolescencia. Como nos dejamos llevar y, a la vez, tenemos miedo a hacer algo por lo que vayan a pensar de nosotros. O simplemente porque nos cuesta mucho ser valientes y plantar cara a una realidad que no sabemos cómo afrontar. Y esto es algo que nos ocurre también de adultos, por eso creo que es interesante leer este libro. Y si, además, lo hacemos con una sonrisa en la cara, con situaciones divertidas y diálogos ingeniosos, mucho mejor. Esta lectura ha supuesto para mí un chorro de vitalidad y energía positiva.