La habitación olvidada

La habitación olvidada, de Lincoln Child

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Dentro del panorama actual de Best-Sellers, parece que en los últimos años ha habido una especie de invasión subrepticia de novela negra. No sólo me refiero a la novela sueca, no os penséis. Vienen desde todos los sitios. Hay francotiradores en cada edificio. Cuando menos te lo esperas… ¡Bang! Novela negra nueva en la librería.

Pero ojo, que no me parece mal. Me encanta la novela negra. Aunque la sueca, en particular, no mucho. Pero me encanta el género. Bueno, a lo que iba. El caso es que parece que se ha desplazado a un género como el del suspense. Éste es mi preferido. El thriller. El que te obliga a pasar a la siguiente página. Ese que cuando se te están cayendo los párpados de sueño a las dos de la mañana piensas: un capítulo más. Y por eso cuando entre la pléyade de páginas manchadas de sangre (sueca) de los catálogos de novedades, aparece uno de los míos, me lanzo a él cual ave rapaz. Suspense. Misterio. Sangre sí, pero la necesaria. Ni mucha ni poca.

Y en el caso de este libro, detrás del sugerente título, La habitación olvidada, había un autor consagrado. Lincoln Child. Aunque el famoso compañero de Douglas Preston (a este sí le conozco más y no puedo dejar pasar la oportunidad de recomendaros su obra “Blasfemia”) ya había publicado obras como “La tercera puerta” o “Tormenta”, ninguna de ellas había caído en mis manos. La verdad es que mi experiencia con este autor se limitaba únicamente a algún ejemplar de la saga Pendergast, así que me alegró ver que este libro lo protagonizaba el “enigmatólogoJeremy Logan. El doctor Logan es un profesor universitario de Historia que se dedica a resolver casos en los que la lógica brilla por su ausencia. En este caso, Jeremy Logan es requerido por el director de Lux, un exclusivo centro de investigación tecnológica en el que ha habido un extraño suicidio. En medio del proceso de reforma de una parte del edificio, uno de los investigadores principales del centro se ha quitado la vida. En el transcurso de la investigación, Logan descubre una habitación que carece de entrada o salida y además, no aparece en los planos del edificio. Todo apunta a que dicha habitación guarda algún tipo de relación con la muerte del científico.

La historia que nos presenta Lincoln Child es bastante lineal. Aunque no hay grandes sorpresas en la narración, el texto esconde un par de buenos giros argumentarles. Tiene algo el texto que a mi, particularmente (creo que ya lo he dicho en alguna ocasión), me gusta mucho: capítulos cortos. Hacen que la dosificación de la información expuesta en cada linea argumental se consolide en la cabeza del lector de manera muy eficaz. Este hecho, se ve acelerado por la lectura de unos diálogos cortos, directos y en ocasiones brillantes que añaden fluidez a la lectura.

Olafson negó con la cabeza, apesadumbrado.
-No. Ya he roto mi juramento. Lo siento, no puedo agravar mi falta incumpliendo los estatutos de Lux.
-Entonces morirá más gente – infirió Logan a media voz.

Esta obra, no obstante, hay que decir que no es una obra de personajes. Tan sólo Jeremy Logan está construido de manera sólida. Lo que sorprende es que no es algo que reste calidad al texto, ya que se trata de un libro dentro de lo que parece que va a ser la “serie Logan”. Así, aunque el autor no se va por las ramas en la parte psicológica de los personajes secundarios, sí te deja con las ganas de conocer más del famoso “enigmatólogo”.

Antes he comentado que la narración de la historia es muy lineal, pero hay algo importante en este libro, relativo a la comprensión y correcto seguimiento de una trama de este estilo. Y es que me gustaría destacar en este caso la labor de un gremio, creo que poco nombrado hasta el momento. Me refiero a los traductores. En este caso, Raúl García Campos, traductor de La habitación olvidada, ha sabido hacer algo muy complejo en este tipo de novelas: mantener el misterio que envuelve a algo tan genérico como es una simple habitación. También utiliza, y es de agradecer, un lenguaje culto y rico gramaticalmente. Es en este punto en el que se le ve una veta de traductor de obras de fantasía.

Creo que La habitación olvidada es un libro muy estimable. Cumple a la perfección con su cometido de desconectarnos de lo que tenemos alrededor durante unas cuatro horas, que es lo que me han durado sus 330 páginas. Un buen protagonista, un misterio, un montón de problemas y cierto conflicto ético, son los ingredientes que Lincoln Child pone en negro sobre blanco para darnos una gran alegría: ¡Hay vida después de Pendergast!

Gorka Rojo (@gorka_rojo)

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