Reseña del libro “La historiadora”, de Elizabeth Kostova
La Historiadora es la primera novela que escribió Elizabeth Kostova tras 10 años investigando los pormenores de la misma; fue publicada en 2005, convirtiéndose rápidamente en un bestsellers y situándola en el Olimpo de las escritoras con nombre propio.
La Editorial Umbriel reedita todas las obras de la autora en una edición especial con portada y formato diferentes permitiéndonos así disfrutar de El rapto del cisne y de Tierra de sombras junto a esta historiadora. Este trío literario (que no trilogía) se caracteriza por el exhaustivo y minucioso trabajo de documentación y por su exquisita ambientación.
La Historiadora es un libro que hay que leer sin ninguna prisa puesto que no es una lectura fácil. Su ritmo no es precisamente acelerado y parte de su encanto radica en el viaje que describe, que puede resultar demasiado descriptivo. Nos cuenta la búsqueda de la tumba de Drácula, partiendo de la base de que se considera a éste como un personaje real y no el “inventado” por Bram Stoker.
Es de sobra conocido por todos que Bram Stoker se inspiró en Vlad, el empalador, para crear a su mítica criatura de la noche, pero Elizabeth Kostova va más allá. Durante los años que estuvo investigando recopiló todas las leyendas que han ido yendo boca a boca durante siglos en los lugares más recónditos de la antigua y vieja Europa, y el resultado es un Drácula como nunca antes lo habíamos visto, alguien que existió (o existe) de verdad y que no es más que un hombre que utiliza métodos dudosos para conservar la juventud y vida eterna.
La Historiadora usa como protagonistas a eruditos y estudiosos que deambulan por las universidades europeas para hablarnos de todo ello y lo hace dándoles cierto toque sombrío para mantenerse oculto ante el posible ataque de aquello que están buscando. Esta parte transcurre entre viajes en tren por la Europa antigua y sus descripciones te convierten en un viajero auténtico (si cierras los ojos y piensas en lo que te ha narrado casi puedes verlo reflejado tras la ventana del vagón) y, si bien puede ser desalentador para algunos lectores por la excesivas descripciones, merece la pena leerlas.
Para mí el truco para superar esta fase está en leerla con calma, haciendo paradas de vez en cuando como si de estaciones de tren se trataran, porque al final, acabar extenuado leyendo La Historiadora puede resultar hasta beneficioso, ya que nos hará sentir parte de la novela.
Todos los que participan en la búsqueda de la tumba de Drácula me han recordado a los miembros de La Talamasca, esa maravillosa orden creada por Anne Rice (EE. UU. 1941-2021) en sus Crónicas vampíricas, claro que los de Elizabeth Kostova no tienen ninguna habilidad sobrenatural que les facilite la labor.
Podemos decir que uno de los protagonistas de La Historiadora es Paul, que en sus años de estudiante universitario recibe el encargo de terminar una investigación empezada por su mentor y profesor, que a su vez recibió del suyo propio y que no es otra que encontrar el punto exacto de la X en el mapa del tesoro. Lo menos divertido del encargo es que el viaje puede acabar con su vida (como le ocurrió a sus antecesores) ya sea por agotamiento mental y físico o porque Drácula mismo se aparezca a pedirle explicaciones de por qué se empeñan en perturbar su “lugar de descanso eterno”. Pero también está la hija de Paul que tomará el relevo en la aventura y con ello cambiará su vida para siempre
Cuando se publicó por primera vez La Historiadora en España (2005, Umbriel), fui una de las que adquirió un ejemplar y disfrutar de aquello que prometían como toda una aventura. En aquel momento pensé que le sobraban unas cuantas páginas, pero el aire gótico, peligroso y romántico de la obra merecieron el esfuerzo… casi 20 años después, sigo pensando lo mismo.
Es La Historiadora de Elizabeth Kostova, editado por Umbriel, una de esas obras que hay que leer al menos una vez en la vida.