La interpretadora de sueños, de Rafael R. Costa
Título: La interpretadora de sueños
Autor: Rafael R. Costa
Editorial: Espasa
Páginas: 395
ISBN: 9788467042078
Me he adentrado en esta novela de Rafael R. Costa sin tener muy claro hacía donde me llevaba; su portada poco me dice, salvo que estoy viendo el puente Carlos que cruza el río Moldava de la vieja ciudad de Praga, donde en primera plana hay un precioso cisne que lo transita. También he de decir que había oído hablar de Sarah Georginas Parker ¿Alguien no había oído hablar de Sarah Georginas por las redes sociales? Pero lo cierto es que hasta no iniciar la lectura no puede situarla en el tiempo, y la sorpresa me llevó a los inicios del Siglo XX, pocos años después del hundimiento del Titanic.
Estamos en una Praga que ya forma parte de Checoslovaquia, ¡Qué raro suena ahora, teniendo en cuenta que hace poco más de 20 años que volvieron a ser de nuevo las repúblicas Checa y Eslovaca! El tiempo pasa rápido, pasa rápido para mí y rápido para el lector que poco a poco verá como el autor le va embaucando con la aparición de personajes históricos de lo más interesantes, el primero Franz Kafka, que ya en las primeras páginas se convertirá en uno de los personajes fundamentales de la novela.
Una de las cosas que me atrapan de este tipo de historias que combinan los personajes reales con los ficticios, cuando están bien construidas como es el caso, es que te obliga, al menos a mí, a ir descubriendo qué personajes son reales y cuales creación del autor. En general he reconocido a casi todos los personajes pero no por ello ha dejado de sorprenderme gratamente su aparición.
Sarah Georginas es una jovcísima poeta, viuda y madre, amiga de Kafka, beben cerveza y hablan del pasado, de literatura y de la vida en la taberna Los Dos Osos Dorados… :”En cuanto a la poesía, (le dice a Sarah el famoso escritor) hablábamos de ese viejo tema de si es mejor la lírica o la épica para expresar la conducta humana. Pero no te preocupes, habíamos llegado a la conclusión de que hay poco que decir incluso en poesía… La guerra ya lo ha dicho todo: cada disparo es un verso; cada ráfaga, un poema; una batalla, un canto… ¿Para qué más poesía que esos páramos llenos de cadáveres, árboles desnudos y brumas? Ahí reside la verdadera poesía, esa es la madriguera, ese es el sustento…”.
Como ven se ha sobrepasado la I G.M.
Estamos en tiempo de entreguerras. Me gusta este tiempo histórico, cuando todo se está cuajando, cuando vamos viendo el ascenso de Hitler, la evolución del nazismo, la forma de vida de los judíos allí en Praga, pero también en el resto de Europa, el éxodo hacia la tierra prometida de los elegidos, Palestina, y hacía esa otra tierra de los elegidos con recursos, América.
La aparición de Freud y de su hija Anna, será vital en la historia, buena casualidad fue que mientras leía este libro, Anna cumpliera 119 años. Son esas cosas que descubres al interesarte por este tipo de personajes que forman parte de la narración.
Rafael R. Costa, nos recordará en más de una ocasión que de las guerras brota la más genuina de las poesías y los más desgarradores versos surgen en los campos de batalla y de las húmedas trincheras. Ernest Hemingway nos cuenta de primera mano que ha visto nidos de ametralladora llenos de poemas ¡Los he visto, puedo jurarlo!… Le habla a Sarah de la Guerra de España
No, no me he encontrado con la típica novela de malos nazis y buenos judíos; he conocido y entrado en la vida de Sarah Georginas Parker, y de su hijo, y de la posibilidad, y la necesidad, de vivir de forma íntegra la vida, de reconocer la amistad y su valor, y todo ello a través de una buena historia bien contada, bien narrada, porque el autor tiene y sabe utilizar numerosos recursos literarios, bien se nota su espíritu aventurero y su estilo poético, además de dominar la época en la que transita y los lugares por los que nos pasea.
Y como soy mujer amante de las casualidades he de reconocer que me ha gustado Sarah Georginas Parker, quizá porque me ha recordado a mi misma ganándome unas liras leyendo el futuro en las manos de amigos y conocidos en la eterna Roma, eso sí, ya imaginarán que, como con las reseñas, solo contaba lo bueno, y creo que será por eso que conservo tan buenos amigos y recuerdos de aquellos días.
También de esta Interpretadora de sueños me quedan buenos recuerdos.
Susana Hernández
¿119 años? ¿En la ficción, no? Europa me parece un objetivo fantástico para conocer, y ya hace mucho yiempo que me apetecería conocer estos países más del Este, (porque para mí, más allá de Alemania y Austria, ya es Este, oorque no llego por kilómetros, jeje). Bueno, lo que te queria decir que Praga se encuentra entre los primeros puestos en deseos, y como veo que de esta novela has conseguido sacar muchas cosas positivas pues tendré que hacerte caso, a pesar de la portada y el título, que en un principio, si no es por ti, me hubiera hecho no fijarme.
A mí también me encanta este período de entreguerras, disfruto con la ventaja de conocer el futuro, lo que los personajes (sobre todo si son reales de ese tiempo), pudieran estar interpretando de este tiempo.
Yo también tengo pendiente ese viaje a Praga… Será posible que la casualidad nos haga encontrarnos allí? Estaría bien!! Respecto de la portada, da la impresión de que ese cisne está de más, claro que al leer el libro le encuentras todo el sentido
Veamos si no soy muy mala en matemáticas: Anna nació un 3 de diciembre de 1895, luego si yo leo el libro un 3 de Diciembre de 2014, Anna (ya fallecida, of course!!!) tendría 119 años. Si, me han salido las cuentas jajajaj
Te deseo que pases unas estupendas fiestas, Icíar, y que el año próximo te colme de felicidad.