La leyenda de la ciudad sumergida, de Antón Castro
Título: La leyenda de la ciudad sumergida
Autor: Antón Castro
Ilustrador: Javi Hernández
Editorial: Nalvay
Páginas: 114
ISBN: 9788494026591
Es Navidad y aprovecho que en casa circula el vino bueno y variado para ponerme una copa generosa mientras leo esta estupenda historia de Antón Castro. En la calle hace mucho frío y en el libro llueve, pero en mi casa hace el calor justo ¿Puede hacerse algo mejor tras una grata reunión familiar cuando ya todos duermen y el hogar sigue alumbrando, chispeando y calentando?
Nos cuenta el autor que ya en su día (1995) se publicó esta historia en galego, con el título “A lenda da ciudade asolagada”, siendo finalista de los premios Merlín de literatura infantil y juvenil. Creo que ahora le han dado unos retoques pero no es de extrañar que lo que ayer fue un premio hoy sea una historia atrapadora para pequeños y menos pequeños.
Es, pues, una suerte que, como él mismo nos cuenta al final del libro, los editores de Nalvay le hayan convencido para que rehiciese la historia y nos presentase esta Leyenda de la ciudad sumergida, una historia de historias perfectamente ilustrada por Javi Hernández, que una vez más y ya que voy a halagarle con mis próximas palabras, justo es que les diga a todos ustedes que NO es familia mía.
Hace falta meterse muy dentro de una historia para Ilustrar una ciudad y una vida ajena. Pero cuando las palabras, como fantásticamente hace Antón Castro, van calando en el lector, es lógico que la sensibilidad de Javi salga al exterior en forma de estupendas ilustraciones.
Otra de las cosas buenas buenísimas que tiene este libro, como ya le pasara a El niño, el viento y la lluvia es que es un libro familiar, de los que usted puede leer, como yo, mientra toma una copita de vino, o puede leer con leche o chocolate y bizcocho y acompañada de sus pequeños. Porque hablamos de enganchar con magia literaria, esa que tienen las palabras bien seleccionadas. Palabras bellas que nos llevan a amar todo lo que nos rodea.
Y en este libro no podía ser de otra manera pues de lo que se nos habla, en el fondo, es del amor a las palabras, a los libros y a la lectura, a la búsqueda de la felicidad a través de ella, y naturalmente de compartirla con los demás, que ahí es donde reside esa magia de la lectura, en compartir la experiencia lectora con quien comparte nuestra vida real.
Con esta reseña ya me despido hasta el año que viene; y terminar el año con un libro que es un canto a todo lo que nos aportan todos los libros que leemos, es la mayor de las suertes que puede tener quien les desea, como yo, las mejores lectura para el próximo año 2015.
¡¡¡ FELIZ 2015 !!!
Susana Hernández
Pues sí que te despediste bien. Me apunto a la idea de que es un libro perfecto para compartir en familia. Así que yo tal y como comentas, lo acompañaré con una copita -como bien dices: “generosa”-; para el marido, adolescentes y menos adolescentes, el chocolate con bizcochos les queda mejor, todo sea por preservar la variedad.
En fin, aunque ya haya pasado: ¡Feliz año!
Qué buen ojo tienes amiga y qué excelente manera de preservar esa variedad!!! jajaja
Pues también con este excelente libro te deseo un feliz Año Nuevo!!
Susana:
tu si que sabes como fomentar la lectura (ya hasta se me antojó acercarme el vino, la manta, la familia, el chocolate, y por supuesto, este libro).
Si además el libro trata del amor a las palabras pues no hay más que decir ¡me lo traigo! a la libreta y de ahí a pedírselo a una sobrina que anda por allá por tu tierra para que cuando se venga, se lo traiga en la maleta 😉
un beso,
Ale.