La primera vez que supe de Washington Irving, estaba paseando por la Alhambra de Granada, donde su libro, Cuentos de la Alhambra, era uno de los souvenirs estrella de las tiendas de recuerdos. Al final, no lo compré, pero me quedé con las ganas de leerlo. No ha sido hasta ahora, con la publicación de La leyenda de Sleepy Hollow y otros cuentos fantásticos por parte de Alianza editorial que me he enterado de que también es el autor de la historia que inspira la película Sleepy Hollow, de Tim Burton. Me gusta Tim Burton, al menos, el Burton de los primeros tiempos, pero nunca he visto Sleepy Hollow. Y siguiendo con mi costumbre, he leído antes el libro en que se basa.
En este caso, es un relato, el primero de los cuatro que se reúnen en La leyenda de Sleepy Hollow y otros cuentos fantásticos. En «La leyenda de Sleepy Hollow», Washington Irving nos habla del pueblo Sleepy Hollow, cuyos habitantes viven en una ensoñación continua y son propensos a creer en supersticiones y ver apariciones extrañas. Y la más temida de todas es la del jinete sin cabeza, un soldado hessiano al que decapitó algún cañón durante la Guerra de la Independencia. No contaré más. Por lo que he podido saber a través del tráiler de la película de Tim Burton, aparte del nombre del pueblo, del jinete y del protagonista, poco más tienen en común relato original y adaptación, así que aquellos que quieran conocer las diferencias tendrán que leerse la leyenda.
El segundo relato que encontramos en La leyenda de Sleepy Hollow y otros cuentos fantásticos es «Rip van Winkle». Es la historia de este hombre, sencillo y bonachón, que vive atormentado por la arpía de su mujer. Al menos, eso dice el narrador, que se ensaña con los defectos de la señora y disculpa los del señor, aunque a todas luces es un vago redomado y un derrochador, por lo que es lógico que su mujer esté hasta las narices de él. La cuestión es que, de la noche a la mañana, el bueno de Rip desaparece misteriosamente.
El tercer relato del libro, «El novio cadáver», de nuevo nos hace pensar en Tim Burton. Aparte del título, no encuentro ninguna similitud más con la película de La novia cadáver, que sí he visto. En el relato de Washington Irving, un joven viaja a conocer a su prometida, que lo espera en la fiesta de compromiso, pero la muerte lo sorprende a mitad de camino.
El relato que cierra La leyenda de Sleepy Hollow y otros cuentos fantásticos es «El diablo y Tom Walker», en el que se cuenta cómo el diablo, que controla el escondite de los tesoros conseguidos con malas artes, tienta a Tom Walker. Y, de nuevo, el narrador saca a relucir su misoginia.
Sé que no se pueden leer las historias escritas en el siglo XIX con los ojos del siglo XX, pero reconozco que los continuos juicios despectivos que el narrador dedica a las mujeres, que iban más allá de la descripción de acontecimientos, me han sacado de las historias. Pero, dejando a un lado eso, La leyenda de Sleepy Hollow y otros cuentos fantásticos es la clásica colección de leyendas de espíritus atormentados y apariciones inesperadas que se disfruta de noche y cerca de un buen fuego.