Yeeha! ¡Vuelven las historietas del viejo oeste! Y anda que a mí no me va una de vaqueros. Me siento como Clint Eastwood en La muerte tiene un precio. Melodía silbada incluida. O como cuando leía algunas novelas de Silver Kane (Francisco Ledesma) en la que los pequeños pueblos mineros eran acosados por unos rufianes montados a caballo hasta que eran expulsados por el sheriff. Y las de indios. Me encantaba una de indios. Bueno, en esta indios no salen, pero sí un árido pueblo de bandoleros con todo su atrezzo en orden; su salón, sus pistoleros, su rastrojo de paja rodando por el camino de polvo, la oficina del sheriff (¡frijoles, con la sheriff!) y hasta robots. Espera, ¿robots? Si, aguarda, ahora entro en materia. Llega La liga de los jinetes.
El Universo DC, en pleno apogeo de los universos compartidos que cada vez, desde mi punto de vista, sesgan parte de creatividad para no salirse de la línea temporal/argumental que parece haberse iniciado entre cómics, series de televisión y películas y en la que los planes de futuro no tienen límite, me ha permitido salir de todo ese entramado para pasarlo en grande leyendo una historia aparte, un Otros Mundos con las que disfruto más que con las series regulares. Por su originalidad, su descaro, el riesgo de atreverse con algo más canalla, y aún así, conseguir que mantenga todavía lazos unidos con los héroes del Universo. En esas, en este cómic de tan añejo gusto por el western, algunos de los héroes, a veces de primera línea, otras de segunda y hasta tercera, les rescatan para introducirles en el lejano oeste en una aventura que mezcla de forma generosa acción, duelos en pleno salón, cabalgadas montados a caballo y ciencia ficción de estética steampunk. Todo un flipe.
El pueblo Paraíso es arrasado por una fuerza brutal y desconocida para la sheriff Diana Prince (Wonder Woman). Con la ayuda del pistolero más rápido, Kid Flash (Flash) y Katar Johnson (Hawkman), se aventurarán por los desiertos montando sus caballos hacia Helldorado en busca del causante de tan cruel matanza. En el camino se les unen más personajes a su cruzada dispuestos a derrotar el mal. Al llegar al pueblo, no pueden dar explicación a lo que ahí se encuentran; un territorio adelantado a su tiempo y que escapa a su comprensión. ¿Podrá la Liga de los Jinetes derrotar a tan preparado rival?
Cuando leí algún comentario sobre el cómic, lo ponían como una suerte de la película Wild Wild West aderezado con guiños a los poderes de los personajes que conforman la historieta. Y sí, a mí me dio esa impresión. Los escenarios del oeste, pues como todas las del oeste. ¿Cómo si no ambientar una de vaqueros si no va a ser con todos sus elementos tal y como nos los han mostrado ya la cultura popular? Pero claro, luego llega la parte steampunk de la historieta y ahí el cuento cambia. No veas si mola. Hay una viñeta que me encantó. Os adelanto una pista: tiene que ver con un tren. De portada. Solo os digo eso. Hablando de portadas, la que acontece, con la sheriff Diana Prince, pistola humeante desenfundada y sus forajidos detrás sobre el árido terreno anaranjado, es clase pura.
Y además, me gusta mucho el guion escrito por Chuck Dixon ya que tiene ese recurso narrativo de dejarte con la intriga hasta que pasas la siguiente página. Le viene que ni pintado a este tipo de historias. No resulta un argumento muy enrevesado ni demasiado ambicioso. Al ser una historia conclusiva no permite meterse en jardines de subtramas ni rellenar páginas y bocadillos con diálogos que haya que estudiar. Donde algunos puedan verlo como algo rápido y ligero, yo me quedo con que es una historieta amable, de lectura adictiva y de acción, con momentos que te permiten recrearte en esas barras de bar de madera tomando una zarzaparrilla mientras Diana y Flash deciden como emplear sus balas contra el villano.
En cuanto a los guiños de sus protagonistas con sus personajes en sus respectivos universos, son bastante reconocibles y algunos quedan muy bien. No conozco a todos los personajes. Ya digo, algunos de ellos son de segunda o tercera línea, pero aún así me ha molado ver parte de sus rasgos más característicos trasladados a una tierra del viejo oeste.
Si a ti también te gusta leer las historietas de cómic de a dos duros en el kiosco (este son un poquito más, pero bueno), y te apetece pasar una tarde de entretenida lectura de acción con forajidos heroicos en una calurosa tarde veraniega, La liga de los jinetes ha conseguido acercarse al estilo de los mejores western.