Reseña del libro “La luna del cazador”, de Costa Alcalá
Creo que al igual que yo muchos de vosotros, la gran mayoría quizá habéis crecido rodeados de cuentos, de esas historias que nos contaban nuestras madres y abuelas antes de irnos a dormir, de esas con las que trataban de asustarnos para que no nos metiéramos en líos y obedeciéramos, quién no ha tratado de dormirse cuanto antes por miedo a que el Coco le comiera o no ha sentido escalofríos al adentrarse en un bosque cuando ya atardece, y es que todos los cuentos siempre encierran consejos, retazos de verdad pues al fin y al cabo están hechos de tradiciones, se han transmitido a lo largo de las generaciones hasta llegar a nosotros, aunque su forma y su contenido a veces se haya visto diluido por ese pasar del tiempo, de los años y de la transformación de la época en la que nos ha tocado vivir.
Irlanda sin lugar a dudas es un lugar de cuentos, de tradiciones arraigadas y de magia, es el lugar en el que habitan las shíde, unas hadas crueles y sin escrúpulos y es el lugar en el que se erige el castillo de Willowderry, reconvertido en un centro de rehabilitación para jóvenes, a ese lugar han ido a parar Connor, Sophie, Sebastian, Zeke y Lily, cada uno cargado de sus demonios, sus avatares, sus culpas y sus tragedias personales. Quizá fue el destino o a lo mejor la mala suerte, pero fuera lo que fuere los cinco habían ido a parar con sus huesos a ese castillo gótico, hermoso y sombrío y fuera como fuere todos ellos al mismo tiempo habían escuchado ese grito horrible, ese alarido que desgarraba la piel y las entrañas y se te metía por dentro como el frío de invierno y fuera como fuere los cinco se iban a ver envueltos en una pesadilla, en toda una suerte de sucesos a toda vista paranormales, que se escapan a la lógica y al raciocinio y fuera como fuere el destino de uno de ellos ya estaba escrito y el de los cinco entrelazado para siempre.
La luna del cazador me ha fascinado, es una de esas novelas que te atrapan desde la primera palabra y te envuelve en un ritmo frenético del que no puedes escapar hasta llegar a la última. Nadie diría que se trata de una obra escrita a cuatro manos, sus autores Fernando Alcalá y Geòrgia Costa forman un tándem perfecto y aunque estamos ante una novela coral en la que cada uno de los personajes va situándonos en un punto concreto de la historia a través de su perspectiva, las voces de cada uno de ellos no se solapan, no se entretejen, se diferencian y aunque el lector se despiste y no advierta el nombre del personaje que encabeza tal o cual capítulo sabe discernir perfectamente quien de ellos está narrando, es decir, la mente de los dos autores parece una sola, ya que nadie diría que la autoría de la novela pertenece a dos escritores.
Como ya os he dicho cada capítulo corresponde a un personaje distinto que va relatando los sucesos y dando continuidad a la historia desde su punto de vista, los personajes en ocasiones se dirigen al lector, le hablan directamente inmiscuyéndole en la historia, haciéndole cómplice de la misma y creando un vínculo entre ambos, lo cual he de deciros que me ha encantado. No debemos perder de vista que los chicos acuden al Willowderry, un centro de rehabilitación para jóvenes, ¿porque os recuerdo esto?, pues porque los cinco tienen una evolución alucinante, poco a poco la historia de cada uno va desgranándose, conocemos detalles que nos llevan a saber la razón por la que cada uno se encuentra en el castillo, todos lidian a su manera con sus miedos, sus fantasmas, sus culpas, sus carencias y es que ¿quién no lo hace? He de deciros que de los cinco Sebastian me ha conquistado, ya sabéis que los personajes sarcásticos, irreverentes y dramáticos me pueden, ¿cómo no iba a caer ante sus encantos? También es muy interesante descubrir como poco a poco van acercándose, van creando lazos y vínculos.
El castillo es un personaje más, es hermoso pero siniestro y lleno de secretos. La ambientación es uno de los puntos más fuertes de La luna del cazador pues está hecha de leyendas, de cuentos oscuros, de tradiciones, criaturas y paisajes tan bellos como violentos y salvajes.
La luna del cazador además de tener una ambientación exquisita y unos personajes muy bien definidos se encuentra cargada de giros en sus tramas, de un ritmo frenético, de descubrimientos y sorpresas y de constantes cliffhangers que hacen que te sientas literalmente con el corazón en un puño. De forma muy resumida os diré que esta novela es sencillamente brutal.