He leído poco de Elia Barceló, pero he tenido la suerte de que me ha gustado siempre ese poco que ha caído en mis manos. Casualmente, todo ello ha estado marcado por el género fantástico. Y me alegro. Me alegro porque es una autora capaz de desarrollar una historia de ese palo, de crear la atmósfera envolvente necesaria y el ambiente ideal para dejarte no solo satisfecho, sino convencido de que lo que acabas de leer puede, podría o podrá suceder, sin necesidad de crear seres lovecraftianos ni criaturas poco creíbles, sino cogiendo como base la realidad conocida.
En La maga y otros cuentos crueles tenemos un total de catorce relatos de temática fantástica, realista, de ciencia ficción, de terror, criminal, humor negro, venganzas servidas muy frías, ventanas indiscretas… todos ellos con un toque común de una mayor o menor crueldad.
Barceló tiene una variedad tan amplia de registros que al acabar uno de estos cuentos no tienes ni idea de cómo va a empezar el siguiente pues son tan diametralmente opuestos que es imposible acercarse siquiera a saber por dónde van a ir los tiros. Desde el enigmático libro de instrucciones de Tinta violeta a la colección de cartas de La decisión de una dama, de la sensación de déjà vu de Ritos (algo así como una mezcla entre El hombre de mimbre y La lotería de Shirley Jackson) al ambiente de un cine para ver algo más que una película en el experimental Oscuro, como un cristal. De la crónica social de la inmigración y racismo económico en Jardines invisibles, en la que Paradores no sale bien parado, al también social y normalizador paso del tiempo concretado en una realista firma de libros en El regalo. Del grandísimo y entrañable homenaje a Asimov (La quinta ley, uno de los relatos que más me han gustado) a Anunciación (el que menos, aunque también el más corto). Del apocalíptico banquete de Cobarde a la genial mezcla de cuentos clásicos de Alana hasta llegar al final, a La maga, una versión de casa que no es ni de fantasmas ni encantada aunque sí encantadora y onírica, que da nombre a este florilegio de historias.
Barceló no frecuenta los cuentos, es más de novela, sin embargo demuestra que se mueve como la puta ama que es con gran soltura y se atreve a ofrecernos suculentas piscinas a las que lanzarnos con sorprendentes narradores, originales puntos de vista y formatos variopintos.
La maga y otros cuentos crueles es, aunque pueda sonar a tópico, un libro que sorprende tanto por el fondo como por la forma. Todas las historias tienen algo de seducción que te empuja a seguir leyendo, a parar un rato para degustarlas una vez leídas, a sonreír interiormente y a comenzar el siguiente cuento.
Esta edición además, cuenta con explicaciones de la autora tras cada cuento, lo cual no hace sino enriquecer la lectura.
En definitiva, un libro con multitud de estilos y géneros, con personajes (todos absolutamente) bien perfilados, historias sin tacha alguna, una prosa cuidada, unos cuentos amenos y muy entretenidos y una autora que no deja de sorprender en cada página.
El único pero que se puede poner es la manera en la que en algunas ocasiones algunas palabras son incorrectamente cortadas al finalizar una frase (hacen verdadero daño a la vista), pero por lo demás, un libro estupendo de una de las autoras más importantes de ciencia ficción (premio Ignotus, Celsius…) con el que iniciarse en la autora en el caso de no haber leído nada de ella, o de seguir disfrutándola si ya se conocía.
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