Mucha gente me pregunta que por qué me gusta tanto leer. Por qué me paso horas sumergida entre libros y con la cabeza siempre en las nubes. Mi cara, cuando me hacen ese tipo de preguntas, lo dice todo (os la podéis imaginar). ¿Cómo no me va a gustar leer? ¿Cómo no me va a atraer la idea de evadirme de mi día a día por un rato y sentir lo que es ser otra persona? ¿CÓMO NO ME VA A GUSTAR SOÑAR? La gente a veces tiene unas cosas… pero bueno, vale, supongamos que entiendo a esas personas que no leen —haré un esfuerzo— y que se preguntan qué vemos los lectores para dejarnos nuestro sueldo en novelas y pasarnos las noches leyendo “solo un capítulo más”. Pues bien, vemos magia, aventura, historias inolvidables, pasiones, guerras. Vemos vidas ajenas que jamás conoceremos, tiempos pasados o futuros, evasión, sueños.
Una mezcla de todo esto es La maldición del ganador, una novela juvenil de Marie Rutkoski que nos traslada a un mundo en el que las guerras y la esclavitud están a la orden del día. Kestrel pertenece a la nobleza, su padre es un gran general que se ha encargado de proporcionarle la mejor vida posible. La otra cara de la moneda es Arin, el esclavo que Kestrel ha comprado recientemente en una subasta. En una época donde comprar y vender a personas no está mal visto, la esclavitud ya no es un tabú, es parte de la rutina. Todas las familias que se precien tienen en sus dependencias varios esclavos que se encargan de hacer que los apoderados no tengan que mover un solo dedo. Normalmente, la relación entre esclavo y dueño se basa en un simple mandato: “haz esto, haz lo otro y, sobre todo, no te entrometas en mi vida”. De hecho, es tanta la distancia que separa a estas dos clases sociales que incluso hablan idiomas diferentes. Pero Arin es distinto. No solo es un herrero excelente y un esclavo atento y servicial, sino que puede hablar el idioma de los apoderados e incluso conoce los secretos de la nobleza como si hubiera formado parte de ella años atrás.
Tenía muchísimas ganas de leer algo publicado por la editorial Plataforma Neo. Llevaba bastante tiempo viendo la preciosa portada de La maldición del ganador en las librerías pero no encontraba el momento para hacerme con ella. Hasta que por fin me lancé a la piscina. Sinceramente, esta es la primera novela que leo de ellos y ya estoy deseando pillar por banda la segunda y la tercera parte de esta saga; porque, por si no lo he dicho antes, estamos ante una trilogía. Una trilogía que nos regala una visión de un mundo nuevo donde los secretos y las conspiraciones forman parte de la rutina. Aunque al principio la historia pueda parecer predecible, a medida que avanza el libro nos damos cuenta de que cada personaje guarda un as bajo la manga y que los papeles pueden cambiarse en cualquier momento.
No os engaño cuando os digo que estoy deseando tener en mis manos las siguientes entregas de esta trilogía. No sé si la segunda y la tercera parte tendrán el nivel de la primera, pero yo no voy a perder la esperanza. Si son como esta, la historia seguirá yendo en constante aumento haciendo que no pueda parar de leer. Y mis ganas de continuar tienen una explicación muy sencilla: quiero seguir con la trilogía para volver a viajar. Para volver a evadirme. Y, sobre todo, para volver a soñar.