Hay que agradecer la labor editorial que desde hace un par de años está llevando a cabo la editorial La biblioteca de Carfax (de la que, por cierto, no me cansaré de decir lo mucho que me gusta el nombre) en su empeño por publicar terror del bueno independientemente de la época y temática y su afán por potenciar la emoción del terror escrito por mujeres. De hecho, de todo lo que llevan ya publicado (que es mucho y bueno en tan poco tiempo), lo que más me ha llamado la atención ha sido, precisamente, la literatura escrita por mujeres (Experimental film, No mires ahora y otros relatos, y el libro que hoy reseño) y la hecho por mera casualidad. No elijo un libro por los genitales del autor sino por lo que me prometa su sinopsis.
La máscara de la muerte y otras historias es, como digo, otro libro escrito por una mujer, (la “H” es de Henrietta) de la que no había oído su nombre hasta ahora. Está compuesto por nueve relatos más o menos cortos, ambientados muchos en Escocia y la gran mayoría en tiempos de la I Guerra Mundial.
Conviene decir (y el que avisa no es traidor felón) que es posible que a quien lea ahora estas historias no le provoquen el miedo que tal vez en su época sí lo hicieran. Son historias “blanditas” de leer, pero también es cierto que son historias que, a pesar de tener en su mayoría un aspecto sobrenatural “benigno”, no nos gustaría experimentar en nuestra propia carne a ninguno. Y que conste que lo de “blanditas” no es un demérito. Son historias con terror inocente, pero terror al fin y al cabo. Y es que el terror ha evolucionado mucho desde que H. D. Everett escribiera estos cuentos y estamos ya tan acostumbrados a que lo que nos meta miedo en el cuerpo provenga de seres o entes que quieren hacernos daño de alguna forma o a acojonarnos con sustos inesperados, o a relatos con sangre y desmembramientos…, que algo que no siga ese patrón nos puede parecer flojo o decepcionante. Y en este caso no es así. Simplemente hay que ubicar el libro en su contexto, en una época en la que las sesiones de espiritismo eran la moda, el Netflix de ahora, lo que vamos a encontrar aquí van a ser relatos de sucesos extraordinarios tales como advertir como buenamente pueden sobre alguna catástrofe venidera; despedirse tristemente de la vida y de la pareja; “resucitar” un deseo; proteger a alguien durante un peligroso camino; contar tradiciones escocesas con un ligero parecido a la Santa Compaña con gaiteros y sin sidra…
Personalmente, me han gustado mucho El camino solitario por el tipo de fantasma que aparece, El teléfono, por recordarme un programa de televisión de mi infancia que me acojonó bastante y me alejó un tiempo de esos aparatos y El pequeño fantasma de Anne, por ser este, en mi opinión, el relato más aterrador de los nueve.
“Siempre sé cómo distinguir una historia de fantasmas verdadera de una falsa. La verdadera nunca tiene un sentido, y la falsa siempre se empeña en proveerte de uno”.
Son lecturas que pretenden inquietar, que están narradas con una prosa muy fácil y asequible, pero con una fuerza capaz de transmitir la intranquilidad deseada por la autora, sin necesidad de recurrir a escenarios poblados por entidades malignas, perversas por definición y con propósitos egoístas.
Además, H. D. Everett consigue introducirnos con apenas unas frases en la historia de turno y ponernos en situación en cero coma.
En resumen, nueve historias con gran encanto clásico, con capacidad (unas más que otras) de mantenerte en vilo, de acojonarte lo bastante como para que por la noche, si un ruido te despierta, tengas la precaución de meter ese pie rebelde bajo la manta, por si acaso.
La máscara de la muerte y otras historias merece leerse sin prisa, historia a historia, paladeando cada una y dándote un tiempo antes de pasar a la siguiente, dejándote sorprender por la trama y acariciar por la escritura de Henrietta. Disfrutando de la lujosa edición y la preciosa portada que, otra vez, La biblioteca de Carfax nos brinda.
Un clásico que deja con ganas de leer más de la autora.
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