La mujer loca, de Juan José Millás
Anoche tuve un sueño. Fue algo muy raro. Estaba yo tranquilamente frente a mi ordenador, abriendo el procesador de textos para escribir la reseña del último libro de Juan José Millás, cuando se me apareció ELLA. Sí, sí… era ELLA, no hay dudas; estaba frente a la mismísima reseña de La mujer loca. Enterita y terminada, con todos sus puntos, sus comas y sin una falta de ortografía en su anatomía.
Cuando pensaba que no podría sorprenderme más, me empezó a hablar. Boquiabierto, me preguntó sobre el libro, si me lo había leído y me había gustado. También me preguntó por Julia, la mujer loca y también la protagonista del libro. ¿Qué responder ante un trozo de papel que se presenta sin avisar y te empieza a hablar? ¿Quién es el verdadero loco en esta historia?
La señorita Reseña me dijo que tenía todas las respuestas, y que si quería escribir una reseña perfecta, me fijara en todo lo que tenía escrito. Yo, con la boca aún más abierta y sin articular palabra alguna, decidí acercarme a ella, pero en el instante en que mis dedos tocaron el papel, se desintegró por completo, quedándome de nuevo solo en la habitación.
Esta mañana me he despertado agitado y desconcertado. Me he puesto a escribir esta reseña, sin saber muy bien que decir. Lo tenía todo pensado, pero esa visita de anoche me ha dejado en blanco. ¿De qué va La mujer loca? Difícil de contestar; digamos que la última novela de Juan José Millás es un experimento personal. Como el mismo autor nos reconoció en la presentación de la novela, esta historia es una piel sintética que creció por su cuerpo y curó todas sus quemaduras.
La mujer loca es una novela que nace a raíz de un reportaje sobre la eutanasia, pero también se podría considerar un reportaje en forma de novela sobre este acto. Millás juega al despiste durante toda la historia. Los pares realidad/ficción, reportaje/novela, Millás de aquí/Millás de allí vuelven loco al lector más cuerdo, pero lejos de aburrir, este juego engancha al lector, que ve como el libro le dura en las manos un suspiro.
La novela tiene como personaje a Julia, una mujer que estudia gramática para ligarse a su jefe, filólogo de profesión. A Julia se le aparecen frases a las que intenta ayudar, a modo de psicóloga. Julia vive de alquiler en casa de Emérita, una enferma terminal que en las semanas antes de su suicidio conoce a Juan José Millás, que la visita con el pretexto de escribir un reportaje. Un falso reportaje sobre la eutanasia que terminará dando a luz a esta novela.
Además, el propio autor está acudiendo a una psicoterapeuta para superar su bloqueo creativo. Está obsesionado con escribir, con su madre, con las colonoscopias y con su doble. Pero sobre todo está obsesionado con la idea de copia. Para Millás, todo menos una novela se puede copiar. Pero aún así, decide escribir una novela falsa. Por intentarlo que no quede.
Poco más puedo decir sobre este libro. Ahora creo que tendré que ir al psicólogo. No sólo porque se me aparezcan reseñas parlantes en sueños, algo poco normal, si no porque tengo sentimientos contradictorios y preocupantes. Julia me parece una loca de remate, pero también me parece el mejor personaje creado por el autor. Juan José Millás escribe siempre de un modo surrealista, típico en él, pero tras su desdoblamiento no sé con qué Millás quedarme, si con “el de aquí” o con “el de allí”. Incluso ahora tengo dudas recordando a Emérita, que dividía a las personas en gente “porquesí” y gente “porqueno”. ¿Yo qué soy?
En fin, soy un mar de dudas. Incluso me voy a atrever a contradecir a Millás. Lo único que no se puede copiar es una novela… ¡y una reseña tampoco! A mí la que se me apareció anoche en sueños me gustaba mucho más. Así que no hagan caso a nada de lo que ha dicho este pobre loco. Mejor vayan a la librería y compren La mujer loca de Juan José Millás. Léanlo, disfrútenlo, y si no les gusta, háganselo mirar. Millás en estado puro.
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