Queridos amigos, en ocasiones empiezas una lectura como en este caso a ciegas. Es decir, no sabes nada de ella, pero te la regalan y el título, La muñeca catalana, ya te hace pensar que algún motivo hay para que haya caído en manos de una amiga, y ella, a su vez, te lo ofrezca a modo de regalo especial.
No he podido olvidar mientras lo leía, bien por su pequeño tamaño, menos de 200 páginas, bien porque ambos escritores son franceses y se nota en su forma de narrar, aquella Nieta del Sr. Linh. Ya ven que no la comparo a cualquier cosa, es fue la primera novela que reseñé para LibrosyLiteratura.es y en aquella ocasión quería ir sobre seguro.
La muñeca catalana ha sido otra gran sorpresa. La he leído en tan solo unas horas, pero sé que rondará durante muchos días por mi cabeza.
La autora, Brigite Piedfert, es profesora de Lengua Española en diversos lugares de Normandía; yo pensaba cuando llevaba casi media novela leída que sería hija o nieta de españoles, aunque por los apellidos no me parecía muy lógico. Y digo esto porque el inicio nos lleva directamente a los inicios de la II República y rápidamente a la Guerra Civil española, vista de aquella forma especial e idílica con la que la miran los que han escrito desde el exilio o desde la más absoluta de las derrotas. Ese final de la contienda en Barcelona, y la huida a Francia en aquellas enormes, tristes y largas columnas que todos hemos visto en imágenes y que se asemejan muchísimo a lo que hoy todos estamos viendo por la televisión en los informativos respecto a los miles de refugiados que también intentan salir de sus guerras, de sus persecuciones y de sus miserias.
Pero en realidad la novela no va de la Guerra Civil, ¿o sí?, ¿o irá de los niños españoles que llegaron a Francia y de cómo fueron recibidos? ¿o no? Un libro corto que en realidad creo que va del daño que la violencia y la desesperación causan en el alma del ser humano.
La historia surge de dos hechos reales: una guerra y un orfanato francés para españoles situado en la bellísima Normandía y llamado “Orfelinato Francisco Ferrer”… Me ha hecho gracia lo de “orfelinato” porque es una palabra que no escuchaba desde que vivía en Valls, localidad en la que nací y que está muy cerca de Cambrils, lugar en el que se desarrollan algunos de los hechos de la novela.
Orfelinato, yo creía que sería o estaría relacionado con el catalán, pero en realidad en catalán se dice “orfenat”, al parecer está más relacionada directamente con el francés orphelin (huérfano), por lo que deberíamos incluirla entre los galicismos que mantiene el castellano.
El caso es que en poco más de cien páginas la autora me ha dejado impresionada con la historia que cuenta, por como lo cuenta, y sobre todo por el giro final tan inesperado que se saca de la manga.
Verán, yo empecé a leerlo después de comer, sentada en el sofá con manta y un té caliente, poco más de una hora de lectura y descanso, después a trabajar un rato, pero lo leído me rondaba y solo deseaba cenar y sentarme a terminar la historia, que intuía que no iba a ser lo de siempre, y desde luego que no lo ha sido. En el libro la protagonista es una niña, la nena, y su muñeca de trapo, una de esas cosas a las que uno se aferra para poder vivir cada día…
A ese “Orfelinato Francisco Ferrer”, que curiosamente era para niños, fue a parar Felicia, junto a un grupo de chavales fundamentalmente catalanes y algunos supervivientes del bombardeo de Guernica…
El orfanato, u “orfelinato”, cerró a los tres años de la llegada de los chavales por orden del Gobierno de Vichí. Muchos de los niños fueron repatriados a España, otros, como nuestra pequeña protagonista, y su muñeca, quedaron en Francia. La original forma de relatar su vida y esa fórmula de narrar en múltiples voces pero no de forma coral, nos dan una visión más completa de unos hechos que nunca me han desenganchado como lectora.
Brigite Piedfert con ‘La poupée catalane’ (‘La muñeca catalana’) ha sabido ir a su terreno, la novela histórica, pero dando una forma que no defraudará al lector al lector amante de este tipo de novelas de cientos de páginas describiendo momentos, lugares, personajes famosos. No, no les defraudará pero no es eso lo que encontrará, en este caso una niña de cinco años y su muñeca, un chaval llamado Salvador, Elvira, Francisco… son nombres muy comunes para una historia muy particular.
Y el esperanto de fondo uniendo el principio y el final. El esperanto, nunca había leído nada sobre que los esperantistas fueran perseguidos durante la Guerra Civil …
¡Hay tantas cosas que no sé y tanto que leer!
Ahora mismo ya tengo ganas de leer sobre este tema, sobre como está el asunto del esperanto en la actualidad, sobre esta autora que no conocía, y quiero ir a esa bella Normandía que ya recorrí en una ocasión y me dejó maravillada.
Y es que esto de leer es un no parar de querer más y más.