La nariz, de Nikolái Gógol
Un relato fantástico y divertido, en un formato para disfrutarlo a cualquier edad.
El placer de la lectura comienza por el propio libro. Por su aspecto, su tacto o su olor algunos libros te conquistan mucho antes de haber leído la primero línea. Algo así sucede con los que tengo ahora delante, pertenecientes a la colección “Bosque viejo”, con la que la editorial Gadir nos propone recuperar títulos clásicos (y no tan clásicos) en un formato que gustará tanto a los lectores más jóvenes como a los más experimentados. Gadir ha seleccionado algunos textos breves de grandes autores como Emile Zola, Marguerite Yourcenar, Luigi Pirandello, Oscar Wilde o Anton Chejov para presentarlos en una edición ilustrada muy cuidada y atractiva.
No es fácil escoger, pero me decido por La nariz, de Nikolái Gógol, un relato fantástico y divertido que se lee de corrido; un tomo ideal, por su extensión y su formato, para sacarlo a la calle y abandonarse a la imaginación y al humor del autor.
Un hombre pierde su nariz; se despierta por la mañana y, al mirarse en el espejo, la nariz ya no está. El mayor Kovaliov está desesperado: no tener nariz es un problema para cualquiera, no cabe duda, pero para él, un distinguido caballero con una notable vida social, es un auténtico desastre. Superada la sorpresa inicial corre angustiado a la calle a buscar su nariz, pero su inquietud se transforma en pánico cuando descubre casualmente a su nariz caminando por la calle vestida con uniforme de funcionario. ¡Un funcionario de mayor rango que el suyo!
El delirante argumento de La nariz puede recordar en cierto sentido a La metamorfosis, pero existe una gran diferencia entre estos dos títulos: mientras que lo absurdo es en la obra de Kafka la antesala de la angustia y la soledad, en la de Gógol es una lupa de la que se vale el autor para, con ayuda de su afilado humor, diseccionar la sociedad en la que vive.
Y es que, a pesar de lo disparatado del argumento, La nariz es un texto realista. La absurda peripecia del mayor en busca de su nariz perdida muestra, de forma fugaz pero brillante, toda una galería de personajes cotidianos, característicos de la Rusia de la época. A través del humor grotesco del autor se puede observar el poso amargo de las desigualdades e injusticias de la sociedad rusa del siglo XIX, que fácilmente puede hacerse extensivo a la nuestra.
En ese sentido, La nariz es una sátira, una caricatura mordaz y certera de la vanidad y la ambición que dominan la vida de tantas personas preocupadas sólo por las apariencias y por cómo utilizarlas para ascender en la escala social.
A medio camino entre la tradición eslava y la apertura a Occidente, Gógol, con su combinación de fantasía y realismo, es uno de los padres de la novela moderna. Su prosa sencilla y directa, sus divertidos diálogos, su ritmo chispeante; todo ello se une a las ilustraciones de Esther Saura para poner este clásico de la literatura al alcance de los más jóvenes, de los que se inician en la narrativa para adultos (si es que tal cosa existe; en realidad todo debería reducirse a libros buenos y malos). Un libro (una colección, mejor dicho) de la que puede disfrutar toda la familia.
Javier BR
La preocupación por las apariencias, trepas sociales, desigualdades, injusticias… Pero si parece un libro escrito ayer mismo. Fantástico descubrimiento Javier! Espero hacerme pronto con él.
Un abrazo
Muchas gracias, Susana. El tema es de por sí intemporal, pero el tratamiento que le da Gógol, entre fantástico y humorístico, hace que este libro no envejezca.
Gracias por descubrirnos una nueva colección de clásicos que promete, por traernos, una vez más, literatura de verdad y, como siempre, por tu excelente crítica.
Siemre es un regalo y la promesa de libros maravillosos, aunque aún tenga en fila algunos de los que reseñaste y no había leído, pero con el tiempo irán cayendo.
Gracias a ti por tu comentario, Flora. Aunque el mérito es del libro, no de la reseña, es muy gratificante comprobar que estos comentarios son del agrado de quienes los leen.
La verdad es que los clásicos rara vez decepcionan y que colecciones como ésta nos dan el empujoncito necesario para leerlos.
¡Hola, Javier!Hacía tiempo que no recalaba por aquí…Me gustan tus reseñas porque son originales, alternativas, no te haces simplemente eco de las últimas “novedades comerciales” o de moda en la literatura infantil/juvenil. Tomo nota de la editorial y del cuento, Saludos, Susana.
Hola, Susana.
Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que a veces da la impresión de que algunas editoriales tienen poca fe en la capacidad de sus lectores, especialmente de los niños, de disfrutar de títulos de calidad (por no hablar de las ilustraciones), y prefieren centrarse en producto de fácil consumo.
Un saludo.
Qué buena reseña, Javier, me has traído gratos recuerdos de una lectura lejana y la clara intención de relectura.
Por cierto que he visto varios libros ilustrados de esta editorial, me encantan.
Saludos.
P.D. No he podido comentar desde hace tiempo porque al ingresar mi correo de hotmail me aparece como no válido (no entiendo por qué). Voy a intentar con otra dirección… :/
¡Al fin! 😀
Es un placer verte de nuevo por aquí, Andrómeda. Yo tengo algún título más de esta colección y efectivamente son un lujo.
Muchas gracias por tu comentario.