La Navidadpara un niño en Gales, de Dylan Thomas
La Navidades tiempo de paz y amor, de reencuentros y comidas… y de libros. Y no sólo porque uno de los mejores regalos (al menos en mi opinión) sea un libro, sino porque pocas épocas del año son más literarias. ¿Cuántos textos se habrán ambientado en una Navidad nevada? ¿De cuantos relatos será protagonista el espíritu navideño?
Es cierto que algunos cuentos navideños tienden a ser ñoños y sensibleros, pero este género ha inspirado relatos magníficos y La Navidad para un niño en Gales, del galés Dylan Thomas, es sin duda uno de ellos. Y es sorprendente, porque Thomas es conocido sobre todo por sus poemas (y también por sus últimas palabras, orgulloso de haber batido el récord de ingesta de whiskey). Pero en realidad, aunque se trate de un cuento, La Navidad para un niño en Gales está cargado de lirismo.
Se trata, en realidad, de un conjunto de recuerdos sobre las Navidades pasadas, cuando era niño, desgranados con una hermosa prosa poética que se puede disfrutar en todo su esplendor gracias a la edición bilingüe.
Por aquellos años, las Navidades se parecían tanto unas a otras en aquel remoto pueblo pesquero, Navidades carentes de todo sonido excepto el murmullo de voces distantes que sigo oyendo algunas veces antes de dormir, que nunca consigo recordar si estuvo nevando durante seis días con sus noches cuando yo tenía doce años, o si nevó durante doce noches y doce días cuando tenía seis. | One Christmas was so much like another, in those years around the sea-town corner now and out of all sound except the distant speaking of the voices I sometimes hear a moment before sleep, that I can never remember whether it snowed for six days and six nights when I was twelve or whether it snowed for twelve days and twelve nights when I was six. |
La Navidad para un niño en Gales viene cargada de poesía, pero también de nieve, de recuerdos, de personajes entrañables, de correrías de chiquillos, de regalos…
—Estaban los regalos útiles: tapabocas de los antiguos tiempos de los carruajes, mitones hechos para perezosos gigantes; bufandas de cebra fabricadas con un material como la goma sedosa que se estiraban hasta las polainas, deslumbrantes boinas escocesas hechas de almazuelas como las fundas de las teteras, y gorros de disfraz de conejo y pasamontañas para las víctimas de las tribus reductoras de cabezas. | —There were the Useful Presents: engulfing mufflers of the old coach days, and mittens made for giant sloths; zebra scarfs of a substance like silky gum that could be tug-o’-warred down to the galoshes; blinding tam-o’-shanters like patchwork tea cozies and bunny-suited busbies and balaclavas for victims of head-shrinking tribes. |
Por si la poesía de Dylan Thomas fuese poco regalo, el libro, además, está ilustrado por Pep Montserrat. Este artista catalán, cuyo trabajo ha sido reconocido con numerosos premios, ha conseguido plasmar en sus hermosos dibujos la atmósfera del texto de Thomas, a medio camino entre el recuerdo y el sueño.
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La Navidad para un niño en Gales es todo un regalo, tanto para los mayores como para los más pequeños; quizá un regalo poco útil, pero el más hermoso.
—Ahora sigue con los regalos inútiles. |
—Bolsas de muñequitos de gominola húmedas de muchos colores y una bandera doblada y una nariz falsa y una capucha de conductor de tranvía y una máquina que picaba billetes y tocaba una campana; nunca un tirachinas; una vez, debido a un error que nadie pudo explicar, un hacha pequeña; y un pato de goma que, cuando lo apretabas, emitía un sonido que no parecía el de un pato, sino más bien un “muu” que más se asimilaba al maullido que podía emitir un gato ambicioso, deseoso de convertirse en vaca.—Go on the Useless Presents.
—Bags of moist and many-colored jelly babies and a folded flag and a false nose and a tram-conductor’s cap and a machine that punched tickets and rang a bell; never a catapult; once, by mistake that no one could explain, a little hatchet; and a celluloid duck that made, when you pressed it, a most unducklike sound, a mewing moo that an ambitious cat might make who wished to be a cow.
Javier BR
javierbr@librosyliteratura.es
@javierbrr
¡Qué tentación!!! No conocía este libro, pero como siempre, lo presentas tan atractivo, tan goloso, que no puedo resistirme. Habrá que buscarlo. Aunque no creo que sustituya a mi querido Cuento de Navidad de Dickens, seguro que se convierte en otra lectura obligada de estas fiestas.
Besotes y Felices Fiestas!!!
Lo leí el año pasado, precisamente por Navidad. Me gustó muchísimo y también las ilustraciones. Nórdica es una de esas pequeñas editoriales. ¿Voy a releerlo!