Dicen que la familia es lo primero. Que es el pilar fundamental de nuestras vidas. Imaginemos que tienes una familia perfecta, de esas de cuento. Envidiable. Pero digamos que, un día, con doce años, descubres que una de las personas a las que más quieres del mundo, tu héroe, tu padre, es un asesino sanguinario que tortura y mata a chicas inocentes, ¿estarías dispuesto a encubrirle? ¿serías capaz de perdonarle? ¿guardarías el secreto? ¿seguiría siendo la familia lo primero?
Naomi Bowes, al vivir una situación como esta, lo tuvo claro. La respuesta para todas esas preguntas era la misma: un rotundo no. Al descubrir cómo su padre intentaba matar a una chica en el cobertizo del bosque, tuvo que hacer lo legalmente correcto. Pero ello trajo consigo una consecuencia inevitable: tuvo que huir junto con su madre y su hermano a un lugar alejado, donde nadie conociera su pasado y donde podían —al menos intentar— empezar de cero. Porque, reconozcámoslo, la gente es muy cruel. Y, aunque ellos no tenían la culpa de convivir con un loco, insano, desquiciado y todos los adjetivos despectivos que os imaginéis, los vecinos del pueblo no tardaron en hablar y en chismorrear, haciendo que las vidas de Naomi y su familia se convirtieran en un verdadero infierno.
Pero por suerte, el destino fue amable con Naomi, ya que con los años se convertiría en una brillante fotógrafa que, tras muchas mudanzas y mundo recorrido, decidiría afincarse en un pueblo costero, donde el proyecto de restaurar una vieja casa para convertirla en un hogar, ocuparía el cien por cien de su tiempo.
Pero, ¿qué es una novela de Nora Roberts si no incluye una buena historia de amor? En La obsesión, el romance hará acto de presencia cuando Xander, un mecánico amante de la literatura —y muy apuesto, todo hay que decirlo—, irrumpe en la vida de Naomi. Pero aunque Nora nos dé unas historias de amor apasionantes, no debe olvidarse que también es una gran pluma de la novela negra, así que la intriga estará servida cuando descubramos que los secretos que Nora guarda no están a tan buen recaudo como ella se pensaba.
Tengo que decir que hace apenas dos años que descubrí a esta escritora. Lo hice con Polos opuestos, novela que devoré en dos días. Nora Roberts ofrece en sus libros historias de amor, de esas que sentimos como verdaderas, que al leerlas te dan la sensación de que podrían ocurrir perfectamente en el mundo real. Pero a la vez, los tintes de misterio y novela negra, hacen que la intriga se apodere de quien se adentra en las historias. Me gusta mucho esta escritora porque es capaz de demostrar que, para escribir una historia de amor, no hace falta recurrir a lugares comunes, en los que chico conoce a chica, todo es de color de rosa y viven felices para siempre. No. Demuestra que puede darnos una historia policíaca, con muertes violentas de por medio, misterio e intriga y, a la vez, hacer que suspiremos por la historia de amor que enreda entre sus páginas.
Qué voy a decir yo… que, aunque a veces me cueste reconocerlo, en el fondo soy una romántica. Por eso cuando Naomi conoció a Xander, no dejaba de decirme para mí misma: “pero vamos Naomi, dale una oportunidad a este pobre chico”. Aunque en el fondo sabía que ello desencadenaría el desastre. Porque ya sabemos que no todo es tan bonito como parece, ni es oro todo lo que reluce. Pero qué se le va a hacer, esa es la chispa de las novelas de Roberts. Y, como no podía ser de otra forma, también de La obsesión.