La otra vida de Ned Blackbird, de Alexis Ravelo
Alexis Ravelo es a día de hoy el mejor (o por lo menos, uno de los mejores) escritor nacional de novela negra. Sus tres últimas novelas del género (La estrategia del pequinés, La última tumba y Las flores no sangran) han cosechado grandes críticas tanto de público como del mundo editorial, con varios premios en su haber.
Sin embargo, ahora el autor canario decide cambiar radicalmente de estilo y publica con Siruela la novela La última vida de Ned Blackbird, escrita entre 2010 y 2011, antes del boom de sus novelas policíacas. Un cambio de estilo tan radical tiene siempre sus riesgos, y más cuando estás tan asentado en un estilo en concreto como el género negro.
El protagonista de esta historia es Carlos Ascanio, profesor de filosofía que llega a la Universidad de Los Álamos y se aloja en el antiguo apartamento de Celia Andrade, fallecida recientemente. Rebuscando en el pasado de la autora (cuyos objetos personales siguen en la casa), Carlos entrará en una espiral de obsesión y curiosidad peligrosa, agitando aspectos de su propio presente y, sorprendentemente, también de su pasado.
La última vida de Ned Blackbird alberga varias historias a la vez. Ravelo construye una matrioska perfecta, con la metaliteratura siempre presente, en la que varias pequeñas historias (la de los despechaditos es simplemente perfecta) engarzan dentro de otras mayores, con pequeños tintes de fantasía. Todo ello escrito con gran precisión, de un modo pausado y cuidadoso.
Esta novela es un homenaje a los escritores que decidieron publicar su obra bajo un pseudónimo. En La otra vida de Ned Blackbird se habla de B. Traven, Silver Kane, M. L. Estefanía o de M. A. West, pseudónimo que utilizó el propio Alexis para publicar una de sus obras. Pero también se habla, y mucho, del papel de la mujer en un mundo de hombres, una reivindicación personificada en la figura de Celia Andrade.
También hay mucho amor en la novela, un amor imposible tratado con delicadeza, que sobrevive al paso de los años, y un amor que se traspasa de personaje a personaje hasta convertirse en obsesión.
En esta ocasión, Alexis Ravelo prefiere no ambientar la acción de su historia en las Islas Canarias, aunque por lo que se deduce, tanto Los Álamos como San Expósito son dos ciudades costeras de dos islas distintas que bien podrían localizarse allí.
El cambio de registro dado por Alexis le confirma como un gran contador de historias, algo que ya suponíamos leyendo sus otras novelas, y que con esta lo corrobora por completo. Una novela negra supone un estilo brutal, directo, sin tiempo para coger el aliento. Sin embargo, en menos de 200 páginas que tiene La otra vida de Ned Blackbird, Ravelo se transforma utilizando una prosa distinta, modelando una gran historia con la misma sensibilidad con la que un escultor da forma a sus mejores obras. Dos registros antagónicos que dan una consecuencia clara; Alexis Ravelo es un ESCRITOR con mayúsculas.
César Malagón @malagonc
esta muy buena , quiero leerlo…
Sin duda un gran libro, Juan Carlos. No te decepcionará.
Saludos!