Llevaba una larga temporada buscando un libro de suspense que me enganchara desde el principio hasta el final. Uno de esos que hacen que no puedas parar de pensar en la trama y que te montes en tu cabeza una infinidad de teorías que hagan que sepas quién es el asesino antes de llegar a la última página. Y también necesitaba un libro en el que nada pareciera lógico. La pareja de al lado tiene todos estos ingredientes, así que no es de extrañar que lo haya leído en un día y medio. Cuando me quise dar cuenta, había devorado más de doscientas páginas del tirón y yo madrugando al día siguiente…
Que el libro me enganche, está bien. También que me impida olvidar la trama mientras no lo estoy leyendo. Y, por supuesto, que me haga creer que soy mejor detective que los que salen en sus páginas. Pero lo que más me ha gustado es que nada es lo que parece. Ya sé que esta frase puede sonar a cliché. Es algo típico que se suele decir de todos los libros de suspense. Pero es que en este caso, es totalmente cierto. A medida que van pasando los capítulos vemos que nos acercamos a lo que parece una explicación lógica de todo lo que ha sucedido, pero poco a poco esas verdades se desvanecen dando lugar a más incógnitas y a más preguntas.
Shari Lapena nos traer la historia de una pareja perfecta. Recientemente casados y con una niña de unos pocos meses, Anne y Marco parecen vivir una vida idílica. Él tiene una empresa que va viento en popa y que les ha permitido pagarse una casa en la mejor zona de la ciudad. Pero el embarazo ha dejado en Anne trazas de lo que parece una depresión bastante grave y que hace que la vida perfecta de matrimonio que aparentan tener se tambalee peligrosamente. Y todo estalla cuando Anne y Marco van a cenar a casa de sus vecinos, una pareja moderna y chic, que no soporta a los niños. Así que la única manera de ir a esa cena es dejar a la niña sola en casa. No pasa nada, se turnarán cada media hora para revisar que la niña está bien y además tendrán el escucha, que les permitirá saber si pasa algo en la casa que está a menos de diez metros. Pero cuando termina la cena y Marco y Anne regresan a casa, se dan cuenta de que la niña ha desaparecido sin dejar rastro.
A partir de ese momento, La pareja de al lado se convierte en un tren sin frenos que parece no tener destino. La trama de mentiras se va haciendo cada vez más y más grande, hasta que estalla dejando restos de metralla a su paso. Encontramos personajes que saben más de lo que dicen y otros que han vivido engañados durante muchos años. Marco y Anne se desesperan en la búsqueda de su hija, parece que todo este asunto se les queda grande y que no van a ser capaces de encontrar a su pequeña Cora.
Es una historia rápida, que avanza a pasos agigantados y que en cada capítulo nos dará una nueva pista que hará que no podamos soltar el libro ni un solo momento. Algo parecido me pasó con La chica del tren. Son historias que nos dan lo que queremos: una desaparición/asesinato/misterio, personajes que esconden secretos y una trama veloz que parece que no tener fin.
Yo estoy metida en un grupo de Facebook en el que comentamos las lecturas que vamos haciendo cada mes y me sorprendió que en enero este libro de Shari Lapena fuera el más leído de todos. Así que no podía hacer más que leerlo para saber qué era lo que había hecho que tanta gente se enganchara. Y ya he entendido por qué. Y es que, si te gustan los misterios y dentro de ti vive un detective, este libro será un imprescindible de tu colección. Solo diré una cosa: yo no fui capaz de adivinar quién era el malo. Con eso, creo que lo digo todo.